Loved you first. - Louis Tomlinson

Capítulo XII: 'Lo sé'

Nos pusimos a ver una película, ‘Tres metros sobre el cielo’, Nicky lloraba como nunca lo había hecho y yo sólo me aguantaba las ganas de reír. En el punto máximo de tensión, se acurrucó a mi lado, pasé un brazo por sobre sus hombros y ella escondió su rostro en mis costillas para llorar con tranquilidad. Luego pensé que quizás se sentía algo identificada… Sólo le acariciaba el cabello y paré la película.

- ¿Por qué la detienes? – preguntó con los ojos hinchados de tanto llorar.

- Porque no me gusta que llores. – sonreí secándole las lágrimas que intentaban salir de sus ojos.

- Sólo es una película. – dijo quitándome el control y poniéndole play.

- Pero, te hace mal, sé que te sientes identificada. – dije quitándole en control y pausándola.

- Está bien, me rindo, cabezota. – se levantó y fue al baño.

Sólo reí, me levanté y comencé a preparar algo de comida, algo poco, ya que habíamos comido muchas palomitas durante la película.

- ¿Qué comeremos? – me hizo sobresaltar.

- Ems, come y calla. – sonreí.

- Idiota, seguro que comeremos pasta otra vez.

- ¡Es lo único que me queda bien!

- Deberíamos pedir pizza alguna vez. – dijo y la fulminé con la mirada. – Ya, ya lo siento. – me abrazó.

- Es raro que estés tan cariñosa, se nota que estas falta de cariño. – dije y ella me dio en el brazo.

- No bromees con eso, después de que perdí mi virginidad con John, sentía que debpia estar con él siempre, como que él era mi otra mitad y ahora que me dejó, sólo te tengo a ti lamentablemente. – dijo y reí.

- Eres una pesada, como si yo no pudiera… - me limité a pensar lo que diría, sino, todo iba a quedar mal.

- ¿Arreglar mi falta de cariño? – dijo acercándose y yo estaba algo nervioso.

- Algo así… sólo que te daría cariño como amigos. – dije apoyándome en el mueble a mis espaldas.

- Sí, claro… - dijo ella irónica.

- ¿Por qué esa ironía? – pregunté.

- Sé lo que sientes por mí, Boo bear. – dijo alejándose de mí y apoyándose en el mueble frente a mí.

- ¿Ah sí? ¿Qué se supone que es lo que siento? – me hice el desentendido.

- Nada. – sonrió. – Sólo te estaba poniendo a prueba, pensé que quizás me declararías tu amor, pero ya veo que no te gusto. – volvió a sonreír y se dirigió a su habitación, pero antes de cruzar la puerta de la cocina, se giró. – Avísame cuando la cena esté lista. – volvió a girar y siguió su rumbo.

Quedé paralizado por un momento, ¿para qué ponerme a prueba? A veces no la entiendo… mujer debía ser.

Terminé de hacer la comida y le avisé, tal como ella me lo pidió, llevé los platos a la mesa y al rato bajó, nos sentamos y comenzamos a comer en silencio, hasta que ella lo rompió…