Capítulo XV: '¿Esperas a alguien?'

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Habíamos dormido juntos, pero no hicimos nada, ella me pidió que durmiera a su lado, se sentía sola, me lo había dicho, al acurrucarme a su lado sentía su debilidad, era tan frágil, a pesar de que a veces quería aparentar lo contrario.

Desperté, en la misma posición que nos habíamos dormido, yo con mi brazo derecho debajo de su cuello y el izquierdo por sobre su brazo, rosando levemente su seno, estaba mirando su espalda, apegados al cuerpo del otro, como si fuera inevitable separarnos. No quería moverme para no despertarla, pero un rayo de sol que llegó a sus ojos por entre la cortina impidió que siguiera durmiendo. Se volteó para verificar que yo siguiera durmiendo, como lo era de costumbre, pero se llevó una sorpresa al ver que no era así.

- ¿Cómo durmió la bella durmiente? – sonreí.

- No te acostumbres, ¿eh? Estaba cansada, por eso desperté después que ti. – dijo y solté una risita.

- He despertado hace unos minutos, también me sorprendió que no estuvieras despierta. – dije y le besé suavemente los labios.

- Lou… - dijo en un susurro.

- ¿Qué pasa, preciosa? – dije corriendo un mechón de pelo hacia detrás de su oreja.

- De verdad siento lo de anoche, me apresuré… - dijo apenada.

- Nicky, no debes preocuparte, yo también me dejé llevar. – dije sonriendo y volví a besar sus labios.

- Por un momento sentí que no me querías. Pero luego comprendí que no sólo de esa manera se demuestra el amor. – luego de decir esto me dedicó una pequeña sonrisa.

- Claro que no. – dije. – Te he demostrado mi amor desde cinco años y no de esa manera.

- Lo sé… - sonrió y esta vez ella me besó. – Te quiero, Boo Bear.

- Yo más, Nicky. – sonreí y me abrazó.

- Discúlpame. – insistió.

- No debes disculparte, ya te lo dije.

- No es por lo de anoche… si no por no haberte escuchado cuando debí hacerlo. – dijo arrepentida y le besé la frente.

- Por algo pasan las cosas, imagínate si me hubieses escuchado, quizás no estaríamos aquí. – dije y ella sonrió ampliamente.

- Tienes razón. – dijo sonriente.

- Bueno, princesa, debo levantarme y tú te quedarás acá. – dije y ella inclinó su cabeza hacia un lado, dándome a entender de que no había comprendido. – Iré a preparar desayuno, tú alístate para recibir una bandeja y yo ya vuelvo. – le besé los labios, me levanté y me dirigí a la cocina.

Comencé a preparar unos Hot Cakes, sabía que le encantaban, sobre todo cuando están acompañados con un jugo de naranja. Preparé también, tocino y tostadas, también le encantan, terminé de preparar el desayuno cuando siento unas manos abrazándome por la cintura.

- Te dije que me esperaras acostada. – dije volteándome.

- El olor me llamaba, sabes que no me resistiría a unos Hot Cakes, ahora dámelos y no los escondas. – dijo y reí.

- Ayúdame a llevar todo a la mesa. – dije y así lo hicimos.

Comenzamos a desayunar entre risas e idioteces, era un poco imposible no reír con ella, es tan graciosa como yo, nos complementamos a la perfección, pero nuestro desayuno fue interrumpido por unos golpes en la puerta.

- ¿Esperas a alguien? – me dijo y negué con la cabeza, me limpié la boca, tragué lo que tenía dentro y me levanté a abrir.

Mientras caminaba, me adentraba en mis pensamientos, tratando de adivinar quién podría ser, pero no se me pasaba nadie por la cabeza, me arreglé un poco el pelo y abrí, quedé perplejo al ver a mis cinco chicas ahí.

- ¡Louis! - gritaron las gemelas y me abrazaron. - Te hemos echado de menos. - me soltaron, corrieron hacia dentro y las demás me abrazaron.

- Mi bebé, espero que no incomodemos. - me soltaron al mismo tiempo.

- Claro que no, mamá. - sonreí, cerré la puerta y volví a abrazarla. - Las extrañé.

- Nosotras también. - me correspondió el abrazo.

- ¡Mamá! ¡Louis tiene a una chica en el departamento! - dijo una de las gemelas y detrás de ella venía Nicole, despeinada, tal como se había levantado.

- Hola, Nicky. - dijo mi madre y la saludó con un beso en la mejilla.

- Hola, Jay. - sonrió.

- ¿Es Nicky? - dijo Phoebe y mi madre asintió. - ¡Nicky! - las gemelas la abrazaron y ella se agachó para quedar a su altura.

- ¿Cómo están mis chicas favoritas? - dijo y yo disfrutaba de brazos cruzados, verla cómo estaba tan encariñada con mis hermanas, Lottie y Felicite también estaban a su alrededor. De repente me miraba, me dedicaba una sonrisa y se arreglaba un mechón de pelo colocándolo detrás de la oreja.

- ¿Y cómo van esas técnicas de conquista? - preguntó mi madre, susurrándome al oído, la miré y sonreí. - Al parecer va bien. - sonreí y la abracé.

- Va mejor de cómo lo esperaba. - dije al oído.

- ¿De verdad? - me miró. - La última vez que hablamos me dijiste que tenía novio.

- Él terminó con ella... después de haberle arrebatado su virginidad. - esta última frase la susurré.

- Oh, por dios... déjame adivinar, la consolaste y se dio cuenta que te quiere. - solté una pequeña risita y asentí. - Es una buena chica, me gusta para ti.

- A mí también me gusta. - dije y mi madre rió. - ¿Han desayunado? - pregunté y negó. - Siéntense y yo les preparo. - dije soltándome de mi madre y dirigiéndome a la cocina, pero ella me tomó de la mano.

- No, no, no, yo lo prepararé. - dijo. - Tu vete a cambiar ropa y Nicole también. - rodé los ojos y asentí.

- ¡Nicole! - dije en un tono serio pero divertido, levantó la mirada y me miró confusa. - ¡A la habitación! ¡Ahora! - fruncí el ceño y me fui a mi habitación, a los segundos llegó y se apoyó en la puerta. - Hola. - cambié mi tono y me acerqué, la abracé por la cintura y la atraje a mis labios.

- Eres un bipolar. - dijo riendo.

- Lo otro era una broma... mamá me dijo que nos cambiáramos ropa. - hice un puchero y ella atrapó mi labio inferior dándome un suave beso.

- Está bien. Te quiero. - volvió a besarme y se marchó a su baño.

Loved you first. - Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora