6. Cartas de amor (o algo así)

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Love letters (cartas o notas de amor): Lápiz y papel. Mensajes de texto. Correos electrónicos. Palabras en un bloc de notas. Sirius materializa sus sentimientos y los envía sin pensárselo demasiado, porque el desahogo ha valido la pena, porque la sonrisita que se le forma a Remus vale la pena, totalmente.

***

Sirius se consideraba portador de muchas cualidades, encontrándose entre ellas un instinto y fiereza que no siempre le ayudaban para bien. Era como si, de pronto, el lema de Gryffindor (somos los audaces, los más atrevidos, valientes leones siempre decididos) poseyera sus acciones y le arrastrara como un río turbulento del que no siempre se conocía su cauce. Esa actitud le había hecho ser capaz de enfrentar a su propia familia, trazando límites y dejando en claro que no cambiaría sus ideales por ellos. Por otro lado, todo ese comportamiento era lo que también le llevaba a convertirse en protagonista de múltiples travesuras, de las cuales la mayoría finalizaban en una jornada de detención.

A veces, Sirius Black era atrevido, sagaz y astuto.

No le gustaba aguardar por oportunidades desde el acecho, iba en búsqueda de estas y no se cansaba hasta encontrarlas.

A veces, Sirius Black era valiente.

No obstante, sabía que respecto a ciertos temas sólo debía quedarse quieto y observar, buscando entre líneas, avanzando casi a tientas, leyendo señales en el aire.

A veces, Sirius tomaba una libreta y un bolígrafo.

Cerraba los ojos, pensaba en Remus y se le desbordaban los sentimientos.

A veces, Sirius escribía.

Se sentía mejor de esa manera, poniendo en físico aquello que de vez en cuando le costaba asimilar.

"Hoy en la tarde nos reímos casi dos minutos," tecleó en una nota rápida del celular mientras estaba en su habitación, "dos minutos seguidos. Tuve que pasarle un pañuelo porque se le escaparon unas lágrimas debido a tanta carcajada."

"Amo su risa."

"Quedó agotado en el suelo y empecé a hacerle cariño en el cabello. No se molestó y, de hecho, cerró los ojos mientras seguía riéndose bajito, más calmado."

"Creo que ya no hay vuelta atrás para mí, ¿no es así?"

Escribiendo conseguía desahogarse y atrapaba un poquito de esa paciencia que tanto necesitaba cuando se trataba de Remus Lupin. Sólo deseaba estar lo suficientemente atento para cuando llegara el momento adecuado de tomar cartas en el asunto.

Remus, dame una señal.

Para sí o para no.

Obtuvo su recompensa llegando a diciembre; se hizo de la oportunidad perfecta y la ocupó a su favor.

El Baile de Invierno de Hogwarts era bastante conocido en la ciudad, se organizaba cada año y ya se le consideraba un acto navideño. Durante los días previos al evento el Colegio se convertía en un terreno de cacería, pues la mayoría de las personas anhelaba disfrutar la velada en compañía de una pareja. Cartas, invitaciones y notas de papel iban y venían entre pasillos, pupitres y casilleros de estudiantes, y dicho ambiente no hacía más que elevar los ánimos de Sirius.

—¿Van a asistir con alguien al Baile? —preguntó Sirius, casual, mientras caminaba junto a su grupo de amigos luego de salir de clases.

—No creo —respondió Peter—, siempre somos nosotros cuatro y lo pasamos genial aun así.

—Aunque esta vez serán ustedes tres —aclaró James, deteniéndose para abrir su mochila y ordenar los cuadernos—, ya conseguí pareja, pero prometo pasar a saludarles.

En ese preciso instante, Remus abrió su casillero y tomó con curiosidad un sobre de papel que reposaba al interior de este.

—¿Y eso? —se acercó Sirius, intentando mirar por sobre su hombro para leer el contenido—. ¿Es de un admirador secreto? ¿O admiradora? ¿O de-

—Déjalo —dijo Remus, guardando la carta rápidamente en un bolsillo de su chaqueta—. No sé qué estará pasando, pero hay alguien muy, muy confundido en este Colegio.

—¿Por qué lo dices? —curioseó Peter.

Remus hizo una mueca y los cuatro emprendieron rumbo a la salida del recinto.

—La vez pasada fui a la biblioteca —contó el castaño—. Inicié sesión en uno de los computadores para revisar los documentos que necesitábamos para esta semana en clases, y quizás se me olvidó borrar mi dirección del historial o qué sé yo, pero al día siguiente alguien me había enviado un correo electrónico.

—¿En serio? —preguntó James—. ¿Qué te escribió? ¿Le has respondido?

Remus explicó que el mensaje era básicamente una invitación al Baile, que aún no tenía idea de quién habrá sido el remitente y que, de todos modos, optó por no responderle.

Sirius intentaba no reírse para no levantar sospechas, y vaya que fue difícil, porque alcanzaba a distinguir esa pequeña sonrisita que a su amigo se le había formado mientras contaba el relato.

Durante los días que siguieron, Remus encontró diversos post-it pegados en la cubierta de su cuaderno.

"Sal conmigo al Baile de Navidad."

"Prometo llevarte a casa temprano."

"Tus padres ya dieron mi aprobación."

"Bailaremos la música que gustes."

Remus sonreía para sí, despegando los papeles pero guardándoselos en un lugar seguro donde no se arrugaran. Sirius le observaba por el rabillo del ojo y también sonreía, cómo no hacerlo.

—Utiliza siempre la misma firma —mencionó Lupin una vez, cuando sus amigos le preguntaron por qué pensaba que la persona de las cartas era la misma de los correos electrónicos—. Ni siquiera es un nombre o una sigla, dice llamarse 32349. Es la única pista que tendría y es como si no hubiera por dónde descifrarla.

—Que peculiar, ¿crees que descubrirás quién es en el Baile? —preguntó James.

—A saber —se encogió de hombros.

Y como si 32349 hubiese estado allí escuchando la conversación atentamente, surgió una nueva pista al mensaje siguiente. Nada demasiado ostentoso, sólo un pequeño dibujito de una estrella junto a su firma.

32349 ☆

Sirius esperaba no haber dicho demasiado con aquella añadidura, pues tampoco quería delatarse así de fácil.

Más adelante, hubo un día (un único día) en el que Remus le contestó los correos.

"Tendrás que buscar a otra pareja para invitar porque yo iré con mis amigos," le escribió Lupin.

"No te arrepentirás si vienes conmigo, de verdad, y apuesto que le caería bien a tus amigos. 32349 ☆"

Durante esa misma tarde, Sirius le envió un mensaje de texto a Remus. Breve, conciso.

A veces, Sirius Black era valiente.

Sirius [16/12, 11:58] ¿sabes que irás conmigo al Baile, no?

No dijo con nosotros. Dijo conmigo, irás conmigo.

Remus [16/12, 12:02] sabes que sí, Sirius

Remus [16/12, 12:03] iré al Baile contigo

Estuvo sonriendo durante el resto del día porque supo por ese instante que a veces era mejor no ocultarse detrás de un seudónimo; esa respuesta (iré al Baile contigo) se la había dicho a Sirius Black, no a 32349.

***

N/A: El seudónimo de Sirius no fue escogido al azar, just saying.

R + S (fluffober 2021) (wolfstar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora