R + S (fluffober 2021) (wolfstar)

8. Baile lento

Slow dancing (baile lento): No sabe cómo llegaron a esa situación, pero se siente bien tener las manos de Remus acariciándole la espalda. Se siente bien escuchar la risa que se le escapa por entremedio de las palabras que se oyen a pesar de la música del lugar. Sirius intenta concentrarse. No puede. No así. 

***

Sirius se sentó junto a James luego de haber sacado cuadernos y libretas de la mochila. Estaban solos en la habitación de Potter, cada uno con un tazón de café y un plato repleto de galletas en medio del desorden de archivos. Esa misma semana había sido el Baile de Navidad y querían documentar por escrito todas las travesuras que se habían realizado durante aquella noche.

Era el último año de preparatoria, después de todo, tenían que despedirse en grande.

—Aún no puedo creer que hayas logrado escabullirte hasta el equipo que dirige la música —dijo James, abriendo un cuaderno de par en par y comenzando a escribir—, y todo eso sin que McGonagall se haya percatado.

—Aunque probablemente ya sepa quiénes fueron los responsables —rio Sirius.

—Sobre todo después de notar quiénes eran los que bailaban con más entusiasmo. Queen siempre será un acierto, hermano.

—Tú lo has dicho, Jamie.

Anotaron cronológicamente el orden de los acontecimientos ocurridos en el Baile de Navidad, todo gracias a la inconmensurable creatividad de los Merodeadores, lo cual incluía la gigantesca orden de donuts gratis para todo el mundo, Santa Claus (Peter Pettigrew, sí señor, con disfraz incluido) llegando con regalos para Gryffindor, y por supuesto, cómo se apoderaron de la música por el resto de la noche.

Ahora pasarían a la posteridad de Hogwarts, si es que ya no lo estaban.

—Bien, supongo que eso es todo —suspiró Sirius, cambiando de página y garabateando dibujos sin sentido.

James se le acercó por el costado con una sonrisa de esas que no podían augurar nada bueno.

—¿Así que te gusta Remus? —preguntó James en tono confidencial, observando de reojo la libreta de Sirius.

Directo, sin rodeos, James Potter.

—¿No? —respondió Sirius con una sonrisa como de quien acababa de escuchar una tontería exuberante—. ¿De qué estás hablando?

—¿Qué significan entonces esos 'R + S' que veo escritos en todas partes rodeados de corazones? —insistió.

Sirius balbuceó un par de palabras que no logró terminar, cerrando la libreta y asegurándose de que estuviera fuera del alcance de James.

—Pues... Ritz y Skittles, ¿no es obvio?

—¿Estás bromeando, Sirius?

Había cavado su propia tumba y de un sitio tan hondo ya no había escapatoria. James a veces le conocía mejor que él mismo, sólo era necesario entregarle tiempo y un par de pistas, el resto sería historia.

—Anda —exclamó Potter, atando cabos a una velocidad increíble—, ¡por eso sacaste a bailar a Remus!

—¡No!

—¡Sí, sí! —repitió, dándole golpes en el hombro—. ¡Sí que lo hiciste! ¡Bailaron casi toda la noche!

—Potter, no quiero oír ni una palabra más.

Tuvieron que pasar quince minutos antes de que James decidiera dejar de insistir con el tema, pero días después volvería a atacar exigiendo respuestas. Si Sirius asumía que podía huir sin dar explicaciones, entonces estaba muy equivocado.