Prólogo

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"Realmente tienes talento"

"¿si?"

"Me has seducido"

¿Seducido? ¡A que te refieres, cuando lo hice!.

Raquel estaba indefensa sobre la cama a la que la presionaron.

Miró frente a ella a el hombre con un rostro y cuerpo seductor.

Entonces trago saliva cuando se dio cuenta de la vibra peligrosa en los ojos del hombre, podia jurar ver como sus pupilas se dilataban cada vez que ella soltó un pequeño grito de dolor por la fuerza que se le impuso en sus muñecas.

Se sonrojo y desvió los ojos fuera de la ventana mirando incrédula el paisaje refrescante diferente al calor que se intensificó en la habitación.

¡Como termino de esta manera!

Cuando lo conoció sabia que era un hombre terrorífico más haya de aquellos lentes que lo hicieron parecer suave y un erudito.

¡Pero a sus ojos era el mismo demonio!

En cambio inocentes empleadas lo convirtieron en el novio de sus propias fantasías.

Raquel fue testigo de las fantasías de una noche enredándose con él, en un lujoso hotel, gritando igual que fan girls cuando sucedía esto se colocaba los auriculares queriendo vomitar.

Fueron totalmente siegas a primera vista, Raquel solo podia ver a un lobo con piel de oveja y estremecerse.

Prefería soñar con los personajes que creo a soñar con un hombre tan mezquino y dominante.

Ella una famosa novelista se enredo con él no de una forma amistosa sino por las críticas de sus escritos.

Claramente la juzgo, un hombre sin una gota de sangre dijo "basura" sin pestañear.

Raquel quería lanzar a su rostro el montón de papeles en ese momento pero lo pensó mejor cuando recordó a esos hombres llamados seguridad patear a un hombre.

Quería decir ¡soy Zed! Pero esa persona no existía en este mundo.

Ahora terminó de esta forma, bajo el rostro que juraba golpear.

Mientras pensaba así no fue consciente de los ojos que la miraron en el pasado con enemistad ahora se pasearon por sus labios con anhelo.

Luego se escucho una voz ronca totalmente seductora estremeciendo ligeramente su cuerpo

"Raquel se mi mujer"

Al escuchar la repentina declaración los ojos de Raquel se abrieron con asombró y por un momento quiso patearlo pero la fuerza en sus muñeca fue realmente poderoso.

Tampoco pudo usar sus piernas, fueron presionadas por las de su jefe.

Nunca pensó escuchar ese tipo de palabras venir de él mismo, era un hombre bastante orgulloso para confesarse primero, las tontas enamoradas renunciaron al día siguiente por ser rechazadas.

No podrían vivir sin avergonzarse al mirar a su jefe, pero este hombre corazón de hierro lo tomo como algo sin importancia.

Realmente fue un hombre con corazón de hierro, rechazarlas a todas sin piedad, incluso la empleada más popular entre sus compañeros de trabajo fue rechazada por él sin mirarla bien.

Era una mujer igual a las modelos de las revistas pero igual que el resto salió llorando de la empresa.

Pero ella una novelista con anteojos fue capaz de llamar su atención, solo quería disfrutar al máximo su nueva vida, deleitándose con cada comentario positivo sobre sus aclamadas obras.

Como princesa imperial no era permitido que las mujeres sobresalieran, podían tener un poco de poder casándose con un hombre destacado.

Así que solo pudo hacer novelas en secreto bajo el nombre de Zed un sobre nombre masculino, ni siquiera su editor sabia que era una mujer.

Tuvo que vestirse como uno y actuar como uno para enfrentarse a él y hablar sobre su contrato.

En el imperio fueron bien recibidos sus obras, el público en general se trataron de mujeres aristócratas, estaban asombradas de que un hombre como Zed fuera tan romántico para hacer ese tipo de novelas.

Lo mismo fue en su nueva vida, los lectores recibieron con entusiasmo sus novelas.

Pero no fue igual para el hombre que la estaba presionando en sus brazos justo ahora.

Entonces Raquel no fue fácil cuando se enfrentó a su mirada y respondió.

"Lo rechazo"

"¿Que?"

"Dije que rechazó ser su mujer"

"No importa"

"...."

"Hare que de tu boca salga la palabra amor"

Palpitar*

La nariz de Raquel se arrugo y se regaño a si misma cuando su propio corazón se agito de esa forma por sus palabras.

Sintió miedo cuando lo escucho ser tan seguro, tenia miedo de realmente caer enamorada de su enemigo ¡no se dejaría ganar tan fácilmente!.

Princesa NovelistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora