Capítulo 3

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"¡H-hermana e cometido un pecado!"

La escena frente a ella no fue apropiada ni mucho menos sintió una onza de coraje, en cambio pudo sentir como su corazón se rompía cuando su hermana más joven se postró lastimosamente gritando por perdón.

Raquel apresuradamente la tomo por los hombros ayudándole a ponerse nuevamente de pie con una sonrisa tierna para calmarla, pero la niña volvió a caer firmemente.

"No es así, Estela tú no hiciste nada malo"

"Pero...."

"¿cual es el pecado? Simplemente es algo normal para tu edad, incluso..."

Se congelo antes de terminar, pero después de todo no habían sentimientos de por medio así que no resentía a Estela por eso.

"Incluso si él es mi prometido no hay de malo que estés admirándolo"

¿Quien no? El prometido de Raquel sin duda fue el mejor marido en el Imperio aparte de los hermanos imperiales, ella había visto su rostro por un momento quedando un poco impresionada.

Pero los sentimientos nunca se cruzaron por su corazón, incluso si era el segundo hombre más fuerte del imperio, Raquel solo lo vio cómo un compañero para traer descendencia.

Así que no culpaba a su pequeña hermana por admirarlo, fue innecesario poner mala cara por algo que no le interesaba en un principio.

"Pero el es mi cuñado"

Soltó Estela después de unos sollozos, Raquel siguió acariciando dulcemente su espalda hasta que la pequeña mujer dejo de llorar.

Raquel estaba a gusto cuando por fin escucho la respiración tranquila de su hermana.

Sin en cambio no sabia que la mujer de lamentablemente apariencia sonreía todo el tiempo bajo sus brazos.

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Para calmar y reducir su constante hábito de auto culparse, Raquel decidió despojarse de sus libros por un tiempo y acompaño a Estela en su pequeña fiesta de té, había estado constantemente tensa por el tema de asesinato pero fue capaz de olvidarlo gracias al aura dulce y alegre de Estela contagiando a Raquel, haciéndole sonreír de un momento a otro.

Cuando la escucho parlotear inocentemente no pudo evitar sentir una punzada de dolor por la desafortunada niña.

Puede que Estela trato de sonreír frente a ella, pero Raquel sabia de antemano los sentimientos de su hermana hacia el Duque Eustace, mas que una simple admiración por él fue un amor no correspondido.

Lo que había logrado analizar de su hermana la llevo a una decisión arriesgada.

Cederle su compromiso a su hermana.

Era verdad que gracias a este compromiso había logrado mantenerse con vida pero su escape ya estaba a la vuelta de la esquina por lo que no había forma de cumplir con este compromiso.

Al final huiría pero en consecuencia dejaría al Duque de Eustace como el hazme reír del imperio. Así que su escape era algo que debía planificarse cuidadosamente.

Podría estar arriesgándose a ser capturada si lo hacia enojar, lo había escuchado de distintos rumores con contenidos similares.

Él, un hombre de sangre fría y feroz, era despiadado con aquellos que se atrevieron a insultar su nombre, por lo que los rumores fueron muy silenciosos pero escandalosos, Raquel creyó un poco en los rumores así que también decidió hacer algo por la reputación del Duque tanto como por su hermana.

Podría rogar al emperador considerar su decisión y cederle a Estela el puesto de duquesa de Eustace, acción que no pensó como algo difícil. El emperador de actitud feroz amaba a Estela.

Princesa NovelistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora