Era anticuado, nada atractivo y ordinario, nada de él logró llamar la atención.
Pero "no juzgues a un libro por su portada" escucho eso a menudo.
¿Entonces como se atrevía a juzgarlo sin conocerlo?
"¿princesa pasa algo?"
"No es nada"
Raquel negó de inmediato con la cabeza.
Pero había una sensación, una que decía ¡hojea este libro!.
Impulsada por la creciente curiosidad lo abrió, sorprendentemente todo era nuevo, incluso su olor a hojas nuevas estaba intacto, las primeras paginas estaban en blanco.
Pero lo siguiente sorprendió a Raquel, tanto que dejo caer el libro de las manos y provocando un ruido atronador.
¿que rayos?
Volvió a alzar el libro revisando nuevamente lo que creyó como un hecho extraño.
No había titulo en la gruesa tapa del libro pero si un sub en las siguientes hojas.
[El mundo y sus avances]
Había devorado cada libro en la biblioteca imperial, pero jamás se encontró con un libró como este.
Le picaba las manos por seguir hojeándolo, pero también había una posibilidad de que fuera la broma de alguien.
"Princesa, el nuevo paquete de libros a llegado al palacio"
"Iré enseguida" respondió con humildad borrando que era actualmente una princesa pero Raquel estaba bien con ser humilde.
Miro una última vez el grueso libro y volvió a su palacio.
Cuando volvió había un profundo silenció, sería raro, pero así era el solitario palacio de Raquel.
Solo su niñera y ella eran habitantes del palacio stell.
Tenía un título de princesa, pero debido al mayor número de príncipes y princesas hubo una gran lucha por el poder.
Raquel era un ratón de biblioteca, podia parecer despreocupado pero tenía cuidado al no destacar.
Cuando estuviera leyendo un libró en la biblioteca escucharía de su niñera la muerte de alguno de sus hermanos.
La matanza la dejo con mucho nervio, viviendo cada día con miedo y agradecida de terminarlo sin amenazas.
El emperador tuvo muchos hijos y la mejor forma de tener a un heredero capaz fue a través de la lucha entre ellos.
Fue ridículo pero el emperador era demasiado vago para mirar el potencial de cada uno.
Sus hermanos encontraron como camino más rápido, el matarse entre ello, ahora quedaban alrededor de tres príncipes y dos princesas.
Ella y su hermana menor.
La actitud angelical e inocente libró a su hermana menor de las espadas de sus hermanos y ella con la actitud incompetente y casi trasparente le hizo conservar la vida.
Al contrario de esa imagen que se creo desesperadamente por sobrevivir, Raquel era muy inteligente.
Leer libros difíciles y crear estrategias de mejora fue una prueba de eso, pero la matanza la obligo a ocultarlo y al mismos tiempo tampoco tenía interés por gobernar el Imperio.
"¿Princesa, no esta feliz por los libros nuevos?"
Su niñera Adele miro con preocupación el rostro perdido de Raquel, había estado pensando y puso una expresión angustiada pero lo borro rápidamente cuándo reviso el primer libro.
Raquel hojeo cada libro cuando examino el último.
"¿Princesa es ese libro nuevo?"
Adele miro atentamente el libro en las manos de Raquel que definitivamente no estaba en la lista, incluso la tapa gruesa del libro estaba en blanco.
¿que? ¿cuando llegó eso aquí?
Los ojos de Raquel temblaron, se mordió los labios mientras abría cuidadosamente la tapa del libro y comprobó el mismo contenido que había visto antes en la biblioteca.
"Adele quien trajo esto aquí?"
"¿Así que no es nuevo? Pero princesa yo misma lo vi en sus manos"
¿Entonces ella lo trajo? ¿cuando fue eso?
Raquel rasco su memoria pero no recordó traerlo ella misma, simplemente apareció en el mismo grupo de libros nuevos ¿debería devolverlo?.
Lo pensó y encontró extraño, hasta este punto decidió regresarlo.
"¿Adele puedes llevarlo a la biblioteca imperial en mi lugar?"
"Por supuesto, no se preocupe princesa"
Con una rápida mirada Adele desapareció y Raquel se quedo sola.
Dejo de pensar en el libro sin nombre y empezó por leer uno de los libros que había revisado antes.
Acarició detenidamente la tapa gruesa y luego revisó el interior con un nombre que destaco la parte inferior de la primera hoja.
Zed
Su nombre/apodo con el que se permitió escribirlo.
Raquel estaba abrumada por la felicidad pero a su vez un poco nostálgica.
El logro que consiguió se sintió de alguna manera incompleta.
Raquel pensó de forma seria que sería más satisfactorio su logró si su verdadero nombre apareciera en lugar de su nombre falso.
Pero lamentablemente tenia que usar el sobrenombre de Zed en lugar de su nombre propio.
En resumen siendo mujer y principalmente un miembro de la familia imperial estaría avergonzando el nombre de la familia imperial.
Si se difundiera el rumor de que ella era la autora de todas esa novelas de romance sería por un lado bueno.
Sus tres hermanos definitivamente se burlarían de ella creyendo de forma absoluta en ella como una amenaza menos pero el verdadero problema sería el emperador.
Raquel era una mujer y estaba prohibido destacar por su cuenta, al mismo tiempo ya estaba prometida con un heredero de duque.
A ella no le gusto pero tenia que admitir que su compromiso fue demasiado útil para mantenerla con vida, la mirada de sus hermanos sobre ella no estuvo por un tiempo.
Pero lo que temían sus hermanos fue la declaración del emperador "independiente de si fuera mujer o hombre tenia el derecho de heredar el trono".
Eso quería decir, incluso si ya estaba prometida podia ser emperatriz pero Raquel mantuvo la cabeza baja.
Aunque también podia ganar el trono ella se dedico solo a sus libros y el emperador al enterarse azotaría personalmente su carne.
Raquel era una mujer que escribió novelas deliberadamente y eso podría furioso al hombre que llamo padre.
No era digno de una princesa entretener a alguien más humilde que ella incluso si fue menos favorecida no tenía el derecho de hacer lo que quisiera.
Un escritor fue aclamado pero en el caso de una mujer fue completamente diferente.
Raquel sabia bien todas las cosas que no estuvieron a su favor y oculto su verdadera identidad bajo el nombre de Zed.
No estaba contenta pero fue mejor que guardar todas sus ideas en el silencio.
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Princesa Novelista
RomanceParecía un libro ordinario pero algo dentro de Raquel le gritaba ¡hojea este libro!. Entonces sin mucho interés lo hizo, cuando lo examino con mirada atenta, estaba segura que después lo dejo caer con una mirada en blanco. El ruido de la caída fue...