Una pérdida.

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Ésta vez me puse a imaginar en tener algo, en el cariño que le puedes tener cuando estás en mi posición, en saber que cuando despiertes de un mal sueño, va a estar ahí. Es reconfortante saber que algo te espera, que no se moverá de ahí hasta que tú vayas, lo tomes y lo lleves contigo.

Tras pasear por mis pensamientos me dí cuenta de que podría sonar absurdo de decirlo alguien más pero si cambiamos ese algo por un alguien, entonces cobra más sentido y es más fácil de encajar en varios huecos.
Quizás llegó a mi cabeza porque perdí mi lápiz un segundo y casi me infarto al no encontrarlo; estuve llorando un poco por pensar en que se lo habría comido la nada, pero el alivio volvió a mí cuando lo encontré atorado en las costuras de mi ropa. Se me ocurrió que, si perder un objeto preciado provoca llanto, ¿Qué provocará perder a alguien preciado?

- Perder a un ser amado...

Salió de mis labios aquel pensamiento al replantearme el qué se sentiría una perdida tan grande y sin darme cuenta de mis ojos empezaron a brotar lágrimas y un nudo se empezó a formar en mi garganta.

No entendía la razón del repentino llanto hasta que me volví a plantear aquella frase y me dí cuenta de lo complejo que era tal cosa como lo es una pérdida. Si yo tuviera a alguien conmigo y le perdiera sin más, sentiría un desgarre en mi alma, lloraría todos los días y probablemente dejaría de escribir.

Al menos es lo que pienso que haría ya que la sola idea de perder a alguien me hace doler el pecho y lágrimas brotan nuevamente.
Quizás es mi corazón, consciente de que ya he pasado por ello, sin poder recordarme aquello que hemos perdido, aquello que extrañamos sin saber que es o si alguna vez pasó en verdad.
Quizás es alguien más que me perdió a mí y puedo sentir su dolor cada que se acuerda de mí.

De lo único que puedo confirmar es que una pérdida debe ser lo más doloroso a experimentar, sin importar la cercanía que hubiera, siempre va a ser una tragedia el ver qué un ser ha perdido aquello de lo que tú aún gozas, aquello que varios insisten en quitarse solos.
Lo peor es pensar más en los que se van, quizás inseguros de su destino, quizás sufriendo por lo que dejan atrás y que saben que no podrán recuperar, quizás felices de poder descansar, incluso quizás haya más formas de afrontar que perdiste tu vida. Al igual que las debe haber para afrontar que perdiste a alguien con quien compartías la vida.

Cuántas historias debe conocer la muerte y cuan cansada debe de estar de ver tanto dolor a dónde quiera que tiene que ir para recoger a otro ser que ha terminado su tiempo.
Seguramente la muerte ya ha de saber cuándo alguien sufrió o vivió feliz con tan solo ver su reacción, así como seguramente le sea difícil llevarse a quien no estaba listo ni había tenido una buena vida; de igual manera, debe estar contenta de reunir a aquellos que más sufrieron al separarse. Ha de disfrutar de esos pequeños reencuentros que es capaz de provocar.

Pobre de la muerte, me gustaría poder ofrecerle un abrazo.

Aislamiento VoluntarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora