El pensar en una perdida me hizo doler el pecho y ahora cada que pasa la idea por mi mente no puedo evitar volver a llorar, me deprime la sensación de algo así y cada que me distraigo algo jala mi mirada a la libreta y automáticamente pienso en ello otra vez.
Quisiera poder olvidar esa palabra y todo lo que escribí acerca de ella, el dolor que me provoca es demasiado y siento que algo dentro de mí se aprieta y me lastima respirar.
Éstos sentimientos nuevos me hacen pensar nuevamente sobre el olvido y sobre lo horrible que podría ser de sufrirlo pero de la paz que podría traer borrar ese pequeño fragmento de la memoria que es aquel que tiene espinas y lastima con cada mínimo roce.
Sin duda alguna creo que
Dejé de escribir para pensar mejor en ello y considero que olvidar es más un deseo que un mal cuando se trata del dolor.
Cualquiera sería dichoso de olvidar aquello que rompió su felicidad en tan solo un intervalo de tiempo, cualquiera sería dichoso de olvidar aquello que perdió y que no podrá volver para hacerlo sentir mejor.
Si bien yo me llenaría de dicha si pudiera olvidar lo que es la soledad y estar en este lugar, moriría por recordar lo que dejé olvidado en alguna parte de otro lado.
Cómo dije antes, el olvidar es un arma de doble filo que a veces desearíamos clavar bien dentro dónde duelen y se escuchan más los susurros del pasado, solo el olvido sería capaz de apaciguar todos esos gritos de arrepentimiento y de lo que pudo haber sido de haber hecho mejor las cosas, de no haber cometido tantos errores.
Olvidar siempre parece lo mejor cuando algo duele pero es lo más doloroso de hacer y es algo que no siempre podemos hacer, puesto las raíces están enredadas en el corazón y jamás se podrán quitar, por más que queramos, siempre estará apretando el corazón hasta sentir que se nos va la vida únicamente por ese maldito recuerdo.
Mientras pensaba en mi dolor noté un charco de lágrimas frente a mi, traté de ignorarlo y seguir llorando para hacerlo más grande, al hacerlo crecer más, me acerque para verlo mejor, no ví mi reflejo, sino que había la imagen de un lago oscuro en el que había una persona, centré mi atención en aquella persona y me di cuenta de que era la misma persona de la tarjeta en blanco, por primera vez pude ver mi imagen por un segundo y es algo que ruego no poder olvidar.
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Aislamiento Voluntario
FantasySolo una historia más que está esperando a que la leas.