#simplemente; kei + tadashi

your best american girl - mitski

— Me han invitado a una cena.

—Mmh...

— La señora Yamaguchi quiere que conozca a su hijo.

— Por fin te dignas a hablarle temer vida social hijo — oh no, Kei sabe lo que se viene — no entiendo como puede ser que con 18 años no tienes ni un maldito amigo.

Tsukishima ya está realmente harto de esto, sin decir nada se mete el último trozo de carne del plato a la boca y lo mastica lentamente, a continuación se limpia con la servilleta blanca con un bonito bordado azul que hizo su abuela antes de fallecer y se levanta de la mesa con intención de dirigirse a la puerta.

— Oh, ahora te levantas sin decir nada. Supongo que lo que te hize realmente te afectó, ¿no?

— Por favor Akiteru, cállate.

— Eres decepcionante, eres una maldita mierda — ahora hablaba su padre

— Silencio

De repente su padre y su hermano desaparecen y se oyen unos pasos, unos lentos pasos que parecía que el mismísimo Lucifer iba a entrar al salón, el cierra los ojos fuertemente y ya no se oye nada.

No se oye ni su propia respiración.

Cuando abre los ojos ve a su madre mirándolo fijamente.

— Es hora de despertar, Kei.

— ¡Tsukishima Kei!

¿Eh?

Abre los ojos lentamente intentando acostumbrarse a la luz. Aunque lleva sus gafas lo ve todo borroso y parpadea un par de veces. Cuando ya se ha acostumbrado lo primero que ve es una chica de cabellera rubia.

— Oh, hola Hitoka, — saluda a la chica mientras bosteza — ¿que ha pasado?

— Eso tendría que preguntártelo yo — responde ella haciendo un pequeño puchero, pero relaja la cara i sonríe sin mostrar sus dientes para seguir hablando — he llegado y te he encontrado aquí durmiendo, quién diría que el mismísimo kei tsukishima estaría durmiendo en la biblioteca del campus.

— Si no tienes nada que decir me voy. — dice levantándose

— ¡E-espera! Quería invitarte a una fiesta, bueno se que dirás que n- —

— Si.

— Qué?

— Si quiero ir. — responde con su expresión neutra

— ¡¡Genial!! Vale, mmh... puees, ya te pasaré la dirección, ¡adiós Keikei!

— Nos vemos Hitoka.

Eres genial Tsukishima.

Aceptaste ir a una fiesta cuando no sabes que se hace.

Literalmente a las únicas fiestas a las que has ido han sido a las de cuando un compañero en primaria cumplía años e invitaba a toda la clase a merendar. ¿Pero una fiesta universitaria?

Realmente aceptó por un impulso. Mentiría si digiera que no fue por su sueño.

En fin, ahora básicamente toda su ropa estaba esparcida por el suelo, ¿porqué solo tenía sudaderas lisas i pantalones de chandal? Kei no lo sabe, y por este motivo está teniendo una crisis consigo mismo.

No le queda otra que llamar a alguien.

— ¡Tsukki! ¿A que se debe una llamada tuya cariño?

— Como no te calles voy a colgar, Kuroo.

— Vale ya paro, en fin, que raro que me llames — dice riendo pero de repente para de reír — ¿Tsukki que has hecho? Yo no quiero ser complice de nada.

— ¡No he hecho nada! Solo necesito ayuda.

— ¡No puede ser! ¿Bo lo oíste? Tsukki nos está pidiendo ayuda. ¿Puedo poner el altavoz así Bokuto también puede ayudar?

— Ni se te ocurra, ahora escúchame antes de que me arrepienta. Necesito ropa bonita.

— Esto cada vez se pone mejor, ahora se ve que tienes una cita o qué.

— Es para una fiesta imbécil.

— Creo que la ultima vez que fui a tu casa me dejé unos pantalones tejanos, aga- —

— Genial adiós.

— ¡Tsukki esper- —

Empezó a buscar por su habitación y los encontró debajo de la cama. Unos simples tejanos anchos. Rápido empieza a buscar por su armario y encuentra un jersey con cuello alto beige. Se pone eso y un colgante de un cristal de cuarzo.

Agarra su cartera, su teléfono, las llaves de casa y antes de irse se mira al espejo. El conjunto que lleva le pega bien pero el jersey pica lo que no veas, Kei jura que no se lo volverá a poner nunca más.

— ¡Keikei! ¡Estoy aquí! — justo al momento de entrar a la casa Hitoka asoma la cabeza por lo que el rubio cree que es la cocina.

Kei se acerca hacia allí mientras observa a sus alrededores, hay gente de su edad por todo el salón, la música esta bastante alta y eso lo molesta.

— ¡Hola Kei! — Hitoka acerca su cara a la suya y le da un beso a la mejilla — allí están las bebidas, en ese pasillo al fondo esta el baño y no se puede subir al biso de arriba a menos que sea algo importante entonces pídeme permiso.

— Muchas gracias por invitarme, el vestido que llevas te queda genial por cierto. — ha leído por WikiHow que pra gustar a la gente tienes que alagarla.

— O-oh, a ti también te queda genial este jersey — se forma un silencio que dura unos instantes hasta que la chica vuelve a hablar — b-bueno me voy por allí, adiós y disfruta.

Se dirige a las bebidas y se queda allí un rato, se sirve un baso de ron con cola y tiene cortas conversaciones con algunas personas de allí hasta que Hitoka se pone encima de la mesa del comedor y empieza golpea una copa con una cuchara pequeña y toda la atención se dirige a ella.

— ¡Muchas gracias a todos por venir! Esta fiesta la prepare para una persona que se ve que n- —

La chica se ve cortada cuando alguien abre la puerta haciendo que todo el mundo mirara hasta esta.

— ¡H-Hitoka siento llegar tan tar- — se queda cortado cuando tropieda contra el suelo y toda la gente se empieza a reir. Cuando el chico se levanta Kei lo reconoce al instante y se queda mirándolo fijamente viendo como este se levanta torpemente.

Es el chico lindo del metro.

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siento no haber actualizado
como compensación os traigo un capítulo
un poco mas tardo, disfrutadlo lindos