Después de observar un rato a esos chicos y de haber controlado mi mareo causado por el golpe intenté levantarme, pero como me costaba hacer mucho esfuerzo imagino que habré hecho alguna cara de dolor, de modo que el chico de ojos color miel se acuclilló a mi lado y poco a poco me ayudó a parar.
Una vez arriba teniendo otra vez el control de mi cuerpo di las gracias a los chicos que me habían ayudado e intente entablar una platica con ellos para ver si conseguía algunos amigos.
-Gracias, creo que tendré más cuidado a la próxima- dije
-Si, deberías, pero al menos no fue nada grave- replicó la chica pelirroja
- ¿Eres nueva en la escuela?- preguntó la chica que parecía ser hermana del chico con ojos color miel.
- Si - respondí aun un poco atontada del golpe
- Nosotros también- dijo el chico sonriendo - Y por cierto creo que deberíamos entrar al colegio- acababa de soñar el timbre del inicio de clases
- Si, vamos- dijimos las tres al unísono.
Empezamos a avanzar hacia la entrada de la escuela, pero yo seguía un poco confusa así que aminoré el paso y los chicos se percataron, por lo que me ayudaron a caminar lentamente. Cuando íbamos en el pasillo de los salones buscando el nuestro pasamos enfrente de la enfermería y los chicos que creo que eran hermanos se ofrecieron a acompañarme para que curaran mi frente que tenía un gran borrón de sangre.
La chica pelirroja anunció que iría a clases y buscaría tres asientos para nosotros mientras llegábamos y nosotros dejamos nuestras mochilas en el piso y llamamos a la puerta. Tan solo tocamos esta se abrió y salió una señora robusta vestida de enfermera que al verme gritó - ¡Ay dios! ¿Qué te pasó? Entra, tenemos que curarte... Dios mío
, nunca había visto una herida mas fea. ¿Estas bien cariño? ¿Estas mareada? Ahora mismo voy por vendas y medicamento para el dolor, siéntate en esta sillón, no te muevas si no puedes caer, no me tardo cariño- Era con seguridad la persona mas paranoica y loca que había visto en mi vida, además de que solo era un pequeño raspón, nada como para armar tal escándalo. Voltee a ver a los chicos que estaban parados en el umbral de la puerta y en cuanto los miré soltaron una risilla y una mirada que claramente decía "esta loca", yo devolví la risa y pronto convertimos la enfermería en un mar de carcajadas.
Para cuando la señora loca volvió me puso como mil pomadas, me hizo tragar millones de pastillas y me puso una venda en la frente en la que luego marco con plumón negro una carita feliz. Después de todo su ritual me dejo salir, pero no sin antes soltar todo un discurso de recomendaciones para que "no me pasara nada", yo estaba mientras sentada viéndola, contestando que si a todo e intentando controlar mi risa. En cuanto salimos los chicos y yo volvimos a los ataques de risa mientras nos dirigíamos al salón, al que educada y civilizadamente (por si no les he dicho no soy en absoluto sarcástica) tocamos y preguntamos si podíamos pasar. Después del discurso de que estábamos en la enfermería y que me había caído y todo eso el profesor nos dejó pasar y nos sentamos en los lugares que la chica pelirroja nos había guardado.
Tuvimos las tres primeras clases de manera normal, con las típicas presentaciones de los compañeros y los maestros, los papelitos que nos mandábamos los chicos y yo contándole a la niña pelirroja de la señora loca, las explicaciones de las nuevas dinámicas en clase, etc.
Llegó el descanso y salimos al patio del colegio en donde ya estaban casi todos los chicos de la escuela jugando, platicando, corriendo. Escogimos un lugar con sombra debajo de un árbol, nos sentamos en el césped y en cuanto nos vimos a los ojos empezamos nuevamente a reír, creo que era por lo de la enfermería pero quien sabe, el punto es que era gracioso. Finalmente tomando un poco de aire les pedí que pararan porque ya me dolía el abdomen y todos aceptaron, aunque nos costo un poco de trabajo controlarnos.
Después de eso empezamos a comer nuestros almuerzos y pensé en que aun no sabia sus nombres y que no podía seguir refiriéndome a mis (creo) nuevos amigos como el chico con los ojos color miel, la hermana del chico con los ojos color miel y la chica pelirroja así que dije:
-Oigan chicos, ¿se dan cuenta de que aún no sabemos nuestros nombres?-
-Hmm... Pues no se tu pero yo sé mi nombre desde que tenía dos años y me llamo Alex- dijo el chico con los ojos color miel (prometo ya no llamarlo así). Todos reímos de su comentario
- Yo también sé mi nombre- dije - Me llamo Claire
- Yo soy Emma- dijo la chica que parecía hermana de Alex
- Y mi nombre creo que es Caroline- dijo riendo la chica pelirroja
Todos reímos de las bromas de los demás y seguimos comiendo. El receso terminó, las clases siguieron normales, la escuela terminó y Alex, Emma, Caroline y yo salimos a la calle y nos despedimos, no sin antes una nueva risa recordando nuestros recientes chistes locales.
Camino a casa iba sonriendo pues aun con el accidente había caído el mejor inicio de clases de mi vida. Había conseguido tres amigos geniales y creo que yo les caía bien, o al menos eso esperaba y no que fueran amables conmigo solo por el golpe. La verdad.... No lo sé
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No lo sé
Teen FictionHola chicos, esta va a ser una historia con una dinámica nueva. La escribiremos dos personas: Frida y Jael. Cada una escribirá un capítulo sin que la otra sepa de que va exactamente, de modo que el texto se ira formando poco a poco con las ideas de...