Capítulo 17

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Cierro los ojos y me concentro en olvidar todo. Eso seguramente era solo un producto de mi imaginación, así que, si lo olvidaba y lo desechaba, por lógica desaparecería. O al menos eso creía.

De pronto sentí un cambio abrupto en el ambiente que cinco segundos antes había sentido agradable y perfecto, con aquel viento fresco, el sol titilando detrás de las nubes sobre mi cabeza de un modo cálido y entrañable sin llegar a ser muy caluroso y desagradable, el aire limpio y puro con olor a naturaleza...

Todos aquellos factores climáticos que tanto amaba y en conjunto hacían algo maravilloso me trajeron recuerdos de mis tardes de conexión natural, que es como llamo a los momentos mágicos en que en algún prado o parque alejado cierro los ojos y mente al mundo exterior y me pierdo en mi misma.

Otra vez estaba divagando... Pensar en mis conexiones naturales hizo que me olvidara de la situación en la que estaba.

La atmósfera que me rodeaba se volvió densa e insoportable. Sentía un frío terrible, pero al mismo tiempo un hedor cálido y desagradable que era intermitente, después agucé el oído y pude escuchar algo que me pareció un jadeo.

Abrí los ojos y volví la cabeza al cielo, en el que parecía que se avecinaba una gran tormenta, puesto que las nubes eran negras y estaban arremolinadas formando un... Un círculo alrededor de la luna... Eso era muy extraño... Ni siquiera era de noche...

En eso dejé de observar el cielo ya que el jadeo se había vuelto aun mas sonoro y estaba empezando a sentir una mirada que me seguía.

Recuerdo claramente ese momento, en que nuestros ojos se cruzaron. Sentí una conexión increíble, entendí esa mirada tanto como si fuera la mía... Sin embargo también percibí un gran peligro que me infundió algo parecido al miedo pero no lo era ya que en cierto modo sabía que no me pasaría nada.

Después de estar parada frente a el (o ella, ya que realmente no tenía idea) me armé de valor y extendí la mano lentamente. Al parecer esa cosa peluda aceptó el gesto y me decidí a tocarlo.

Puse la mano a la altura de sus ojos sobre el puente de la nariz.

Por un momento sentí su pelaje suave pero repentinamente aquella sensación se desvaneció y la sustituyo una descarga eléctrica que hizo soltar un aullido a la criatura y un grito a mi.

Volvimos a cruzar las miradas, pero esta vez algo me dijo que debía correr.

Correr.

Sentía el viento frío golpeándome la cara, la lluvia sobre mi cabeza y escuchaba mi propio jadeo cansada de tanto correr. Voltee la vista y la criatura que me estaba persiguiendo desde hacía horas seguía detrás de mi. Justo cuando pensé que me había alcanzado y que estaba al borde de la muerte escuché una voz familiar que parecía tener un tono enojado.

Pero esta vez no era mi mama. Esta vez era mi imaginación deseando que fuera como la primera vez, cuando estaba en la seguridad de mi casa, entre las sábanas de mi cama.

Seguía corriendo. Mis pulmones estaban gritando de dolor a causa del frío aire que inhalaba en cada jadeo.

Había tomado una gran ventaja a la criatura tomando en cuenta la diferencia de tamaños y de rapidez pero no la suficiente para descansar.

Recordé vagamente lo que Alex me había dicho horas antes. Sé tu misma.

Esa frase retumbaba en mi mente intentando encontrar un significado pero todo había dejado de tener sentido. En parte creo que por mi falta de oxígeno y extremo cansancio que me estaban provocando delirios al parecer.

Sé tu misma...

¡Claro! ¿Cómo no lo había comprendido?

Cerré los ojos, inhalé una gran bocanada de aire, dejé de correr y me di la vuelta.

Luché contra mi miedo con un esfuerzo sobrehumano. Pensé que la criatura no iba a frenar y yo moriría destrozada entre su mandíbula.

Cerré los ojos con mas fuerza aún y me concentré en dejar mi mente en blanco como solía hacer siempre.

De algo sirvió tanto tiempo de practica de meditación y mis tardes de conexión natural ya que rápidamente logré desconectarme del mundo.

Supongo que la criatura debió de haber frenado pues no morí.

Abrí los ojos y volví a cruzarlos con los de esa cosa.

No se por qué lo hice pero nuevamente coloqué mi mano entre sus ojos y el se estremeció y los cerró.

Volví a sentir esa descarga pero esta vez ambos afrontamos el dolor.

Me sentí extrañamente conectada, como cuando lo vi a los ojos por primera vez.

Después de un rato de estar cara a cara con mi mano sobre su cabeza el se inclinó en un acto de sumisión y yo comprendí que había superado la prueba.

Me sentí infinita, como una flor inmarcesible que vive por siempre.

Nos quedamos un rato frente a frente mientras yo lo acariciaba y de pronto un pensamiento me puso en shock.

Esa criatura era... ¡Yo!

Por eso habían sido las conexiones, la mirada.

El me seguía a todos lados. El era mi sombra. O mejor dicho ella.

Estuvo presente todo el tiempo pero se hizo más evidente desde el sueño del primer día de clases.

De pronto recordé que Alex, Emma y Caroline debían de estar esperándome y decidí que tenía que volver.

Me despedí de mi misma y volví a cubrir mis ojos con los párpados.

Fue como despertar de un sueño. Abrí los ojos y vi a los chicos parados allí observándome. El sol volvía a estar donde antes y el ambiente era nuevamente cálido y agradable. Había dejado de llover y el frío había cesado. Avancé hacia ellos y antes de dirigirles una palabra volví la vista una ultima vez y me despedí silenciosamente de mi sombra que estaba allí pero con forma de criatura. La que me seguía siempre tenía mi propia forma. Esperaba algún día comprender todo...

-Hola chicos

-¡Claire! ¿Estas bien? ¿No te paso nada? - que más podía decir Alex.

- ¿Que paso? ¿Lograste algo?- dijo Emma entusiasmada

-¿Como desapareciste? ¿Que hiciste? ¿Donde estabas? - dijo Caroline con aun más interés que Emma

- ¿Desaparecí?

-¡Si!

- Wow... Bueno, ahora que lo pienso creo que no descubrí ninguna habilidad pero si que me descubrí a mi misma...

-Habla claramente Claire. Cuéntanos todo. ¿Que paso?

-No lo sé...

No lo séDonde viven las historias. Descúbrelo ahora