Hoy no sé qué hacer. Creo que mi vida se reduce ahora a eso. A millones de preguntas revoloteando en mi cabeza a las que simplemente no encuentro respuesta. Y las que podrían ser respondidas por mis amigos son demasiado complejas, demasiado personales, que prefiero ni siquiera preguntar (aunque estoy comenzando a pensar que ellos están casi tan perdidos en lo que respecta a este asunto como yo).
Ya nada es lo mismo y eso sí lo sé.
En cuanto me desperté y percibí que estaba de nuevo sola en mi habitación (supuse que Alex y Emma ya estaban despiertos y desayunando en el comedor; pero no era de extrañar, siempre era la última en levantarme) no pude evitar tomar la almohada que estaba debajo de mí y lanzarla contra la pared, en un claro gesto de frustración.
Si ya normalmente presentaba una resistencia extrema (realmente extrema) a ir a las escuela, esta vez fue aun mayor. Tanto, que hubiera deseado salir corriendo de la habitación para, o esconderme en alguno de los pequeños lugares de la casa que había reclamado como mis escondites preferidos cuando era pequeña (y ahora que soy grande también, en situaciones como esta), o ir y decirles todo a mis padres hasta que los convenciera de que no me llevaran a la escuela (y sabía que con esta historia realmente los convencería).
Aunque ahora mi aversión por la escuela me parece ajena. Porque en realidad esta nunca fui yo... o tal vez sí.
Ahora solo pienso en que hay personas que tienen una idea sobre mí, personas que afirman conocerme. Pero puede que esa idea sea tan errónea como la que yo tenía.
Por fin me decido a pararme y vestirme. Termino de hacerlo en menos de cinco minutos y salgo.
Pero cuando ya estoy cerca de el comedor me preocupo. Simplemente me da miedo seguir avanzando, y es un miedo claramente justificado. Internamente me digo "Vamos, Claire, cálmate. No es nada. Esto tenía que pasar, tú misma lo deseaste hace solo unos minutos.", pero no me ayuda de nada porque aunque algunas veces deseas hacer algo, piensas en hacerlo y sabes claramente que eso solo es algo que alguien valiente haría y te crees con el suficiente coraje para hacerlo, en el momento de actuar todo eso se desvanece.
Sigo en el mismo lugar en donde me paralice y escucho sus voces. Son claramente las de ellos, son Alex, Emma y Caroline, y aunque no consigo oír lo que están diciendo, sé exactamente de que es la conversación: la verdad.
La noche anterior, un rato después de haberme quedado dormida sobre el pecho de Alex, había tenido una pesadilla, la misma pesadilla que había tenido aquel día en que entre a la escuela.
Desperté empapada en sudor y me levanté abruptamente, de lo cual me arrepentí de inmediato porque no quería despertar a Alex y que se preocupara aun mas por mí. Pero al parecer él tenía el sueño más pesado que un oso hibernando.
Aunque Emma no.
Ella, aunque antes de irnos a dormir lucía verdaderamente agotada, se despertó de inmediato y se quedó viéndome en la oscuridad mientras yo hacía lo mismo. Era muy extraño, aunque tranquilizador; un poco de luz nocturna se colaba en la habitación por lo que podía ver perfectamente sus luminosos ojos que me miraban escrutadoramente, preocupados y alerta desde el otro lado de la habitación, además de su rostro que me recordaba al de una niña asustada, por lo que pensé que tal vez ella no era como había pensado el día que la conocí: fuerte, segura, valiente y siempre viéndole el lado gracioso a la vida.
Otra idea más en mi mente que debía descartar porque resulto ser para nada cierta.
-No puedes dormir -me susurró.
Negué con la cabeza.
-¿Y tú? -pregunté tímidamente.
-Yo sí pero... me asustaste, aunque solo un poco.
Ante esa aparentemente normal respuesta no pude evitar pensar que la había asustado más que un poco... y lo peor de todo es que una idea cruzo por mi cabeza, y no era una idea nada linda. Porque cabía la posibilidad de que alguna de mis habilidades se manifestara mientras dormía. Aunque mas bien creo que me había vuelto muy paranoica.
-Ah ya, lo siento.-¿Quieres hablar durante un rato? Ya sabes mientras te vuelves a dormir.
-Creo que pasará un rato antes de que eso suceda, así que... ¿por qué no?
Y estuvimos un buen rato platicando, hasta que la conversación tomó otro rumbo y comenzó a darme escalofríos de solo pensar en que estuviéramos hablando de esto.
-¿Y cuándo vas a decirle a tus padres? -me había dicho.
-¿Perdón?
-Ya sabes, todo esto. No puede permanecer como un secreto para siempre. En algún momento tendrás que decírselo y estaremos ahí para ti. Si fuera necesario hasta podríamos contárselo nosotros.
Ni si quiera se me había cruzado por la cabeza pensar en eso. Fue como un balde de agua fría sobre la cabeza, porque en cuanto se los dijera a ellos sería como afirmar que no había vuelta atrás, que ya no había forma de creer que esto solo era un sueño.
Y ahí estaba ahora, viéndolo todo como desde una ventana, ajena por completo a esta situación, notando como mi vida anterior se desvanecía frente a mis ojos.
Consiguiendo escuchar palabras sueltas de la conversación estuve al 100% segura de que si era lo que yo pensaba.
Y de pronto salió Caroline del comedor y se topó conmigo.
-Oh, buenos días Claire ¿Qué haces aquí, a medio pasillo?
Y sin poder contenerlo (de nuevo, demonios) comencé a sollozar.
-Yo...yo... no lo sé.
ESTÁS LEYENDO
No lo sé
Teen FictionHola chicos, esta va a ser una historia con una dinámica nueva. La escribiremos dos personas: Frida y Jael. Cada una escribirá un capítulo sin que la otra sepa de que va exactamente, de modo que el texto se ira formando poco a poco con las ideas de...