Capítulo 4

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Por razones obvias (como que esta vez no iba corriendo con los ojos cerrados) el camino de regreso a casa duró más tiempo.

Sentía aun el dolor de las risas en el abdomen, esa cosquilleante sensación que no hubiera cambiado por nada en el mundo. Aquellas constantes risas se habían sentido tan bien como cuando sentía cómo la teína de mi té favorito me recorría las venas hasta conseguir un efecto casi eufórico (bien pensado creo que yo sobrevaloro demasiado el té).

Estaba tan inmersa en mis pensamientos, a pesar de que me había prometido tratar de no volver a distraerme tanto mientras caminaba por la calle (aunque era una promesa que yo bien sabía que solo duraría como máximo un día), que ni siquiera noté cuando Alex se acercó por mi espalda.

-Hola -fue lo único que dijo, en un tono un poco serio mientras abruptamente me daba un ligero golpe por la espalda que casi me da un susto de muerte.

-Ahh -medio grité, en cuanto Alex me asustó, aunque cuando lo vi me tranquilicé -. Eres tú. ¿Qué planeabas? ¿Provocar que me volviera a caer? -me fue inevitable no sonreírle mientras pronunciaba esas palabras cargadas de burla.

-Tal vez.

Enarqué mis cejas dándole a entender que no le creía.

-Bueno no era mi intención exactamente.

-¿Y cuáles, entonces, eran tus intenciones?

Por alguna extraña razón, había notado hace un rato, me era inevitable no sonreír en presencia de alguno de mis nuevos amigos, por más seria que fuera la conversación (o no).

-Pues en realidad...advertirte. -aquellas palabras las pronunció de una manera muy misteriosa, se podría decir que incluso con secretismo.

-¿Advertirme? -mi voz cada vez sonaba más incrédula - ¿Advertirme qué? ¿o sobre quién?

Esto cada segundo me hacía sentir más como si estuviera en una de esas típicas películas sobre la mafia o algo así. ¿Qué demonios estaba sucediendo?

Alex suspiró.

-Ok, perdón por que esto se esté volviendo raro...

-Y sí que se está volviendo muy raro.

-Sí, lo sé pero ese no es el punto.

Estábamos parados a media calle y era muy consiente de que todas las personas que pasaban se nos quedaban mirando, aunque claro no eran muchas. Además, bien pensado, me encontraba a menos de dos cuadras de mi casa; lo único que deseaba era que Max ya hubiera llegado a casa o hubiese tomado otro camino, porque lo que menos quería era que se le ocurrieran ideas tontas y no me dejara de molestar para el resto de la eternidad, solo por estar hablando con Alex.

-Ok, entonces continua con tu "advertencia".

-Bueno es que...sonará extraño, o tal vez no, no lo sé, bueno la cosa es que...ya sabes nos estábamos despidiendo en la salida, tú justamente estabas cruzando la calle y Emma y yo ya solo estábamos hablando un poco más con Caroline antes de irnos a casa pues, porque ya sabes somos hermanos, y sabíamos que nuestros padres iban a llegar un poco tarde, tratábamos de hacer tiempo...pero estoy divagando mucho, la cosa es que en ese momento Caroline notó algo.

-Y ese algo era que...

Sencillamente, aunque yo seguía sonriendo tontamente, mi corta paciencia me estaba diciendo que lo apresurara.

-Ella nos señaló una sombra, no la distinguimos absolutamente bien (aunque estamos seguros de que era humana, nada paranormal), pero de lo que sí nos dimos cuenta era de que te estaba siguiendo -esto último lo pronunció en voz tan baja, incluso tímida, que estuve a punto de no entenderle.

-Ok...

Mi torrente de palabras, normalmente sarcásticas o sobre algún chiste, se agotó (como siempre que me ponía nerviosa, aunque no sucediera muy a menudo) y simplemente me quedé ahí parada, observando a Alex. Si aquello era una broma, sinceramente no era muy convincente.

-Claire, es en serio, por mas extraño que suene. De hecho es por lo que yo tambien te seguí. Y tampoco es una broma.

Yo sencillamente ya no comprendía nada. Tal vez fuera de nuevo un sueño. O los chicos trataban de hacerme una broma como para sellar nuestra amistad. Aquel claramente ya no era un día normal y había una posibilidad de que me estuviera volviendo loca (aunque siempre lo había estado en una pequeña medida). Ya no sé qué está pasando. Simplemente no lo sé.

No lo séDonde viven las historias. Descúbrelo ahora