—¿Al final decubirste lo que contenia ese sobre?
—Pues la verdad es que no Jimena, cosas turbias que hizo en su pasado tal vez.
Sigo comemido mi helado de chocolate mientras ella se pinta las uñas.
—Sinceramente tu padre te rebaja mucho, con lo buena que eres deberías estar en un puesto mucho más alto que yo —Protesta con una leve mueca
—Eso ya lo sé, pero no es así, alega que estoy un pequeña, como si eso le importará a la hora de arriesgar mi vida.
Pongo los ojos blanco queriendo terminar esa conversación y por suerte ella lo nota.
—¿Y que pasa con los terrenos de tu papá? —Preguntó haciendo que esta suspiré
—No me quiere hacer caso, no está viendo que lo único que provoca es una disputa entre vandos y eso ahora no nos conviene
—Pará nada, hacer negocios con ellos es más importantes —Me acerco un poco más a ella para esta vez susurrar —Me han dicho que tiene contacto con Santiago
—¿Cómo?! Pero ese mal nacido está muerto —Vocifera por lo alto
—Callate —Volteo a ver a la puerta que por fortuna sigue cerrada —Ese hijo de puta tiene más vidas que un gato, además nadie me confirmó a ciencia cierta si murió en el explosión y si lo que he escuchado es cierto, el maldito viene no solo por mi si no por toda la maldita organización. Si yo sobreviví el también.
Mi confundida amiga se trata de arreglar un desordenado moño un poco nerviosa, me mira y sin mediar palabra sale a toda marcha de la habitación. Doy una pequeña sonrisa sabiendo a dónde se dirije esta vez.
Me tumbo un rato en mi cama rascandome la pequeña costra de mi mano, el día afuera es precioso pero mi humor no está para ello ahora, con mucha fuerza de voluntad logro levantarme de cama, llevando a mi paso las sábanas conmigo.
Abro la llave del agua esperando que el agua se caliente mientras termino de quitar la poca ropa que me queda.
Dentro de la ducha dejo que el agua se lleve mi pesadez y dolor, cierro los ojos un momento pero mi imaginación tiene otros rumbos mejores por recorrer y entre ellos la noche de ayer, como las manos de Reynolds viajaban a mi cintura por ejemplo.
—Joder —me quejo al pegarme contra la pared, pongo los ojos en blanco y frustrada terminó de ducharme para luego llegar desnuda y seca a la mesa donde tengo todos mis juguetes— Tendré que volver a ducharme
Pero eso ya no me importa cuando muerdo mi labio inferior para no gemir el nombre de Ryan.
***
—Tu padre te está buscando —Mi serio guardaespaldas aguarda como estatua en las escaleras de casa.—Si señor mensajero —me da una mirada cansada que decido ignorar
Con mi humor un poco feliz, decido ir antes por un vaso de agua. Claro gemir tanto desgasta.
Ignorando a mi cabeza me encaminó por la gran extensión de casa al despacho de mi padre, una vez allí y sin llamar me adentro en esta.
—Hija, que bueno que al fin vienes
—Tengo prisa se directo —Lo digo con un tonoas frío de lo que pretendía, aun no puedo olvidar que el jamás me dará lo que por derecho debo tener.
Su linda sonrisa no desaparece cosa que me hace alzar una ceja, sigo enojada con el y no fácil eso se quitara y mientras el espera que diga algo más yo tengo una cara de pocos amigos.
—Bien, entonces al grano, necesito tu ayuda con el hijo del señor Hank
—¿Qué? —Me rio pero el no lo hace — Es un chiste ¿Verdad?
—Queremos alianza con ellos y es la única forma —Aclara tomado un gran sorbo de su común whisky
—No es mi maldito problema que decidieras meterte con su esposa para luego matarla, ahora arregla esto solo —Su maldibula se tensa, me da una mala mirada pero yo no quito la mía — Te lo dije, hasta que no sepas darme mi lugar estoy fuera de esto.
Me doy la vuelta con la intención de salir, el estruendo de su mano con la puerta me lo impide
—Fuera de esto solo se está en una abolsa negra, y tal vez no te intime como a mis enemigos pero si te puedo hacer lo mismo que a ellos a si que cuida bien lo que dices.
Un leve frío cruza mi cuerpo, el quita si mano y con prisa salgo de ahí, abro los ojos de más al imaginar que es la primera vez que me amenaza.
Con afán corro a las escaleras sin saber a quien por accidente golpee, me calmo un poco, y marcó el único número que me apoya
—Necesito distraerme urgentemente.
Una risa masculina se escucha al otro lado, y para mí tranquilidad se ofrece a llevarme a una fiesta, quedamos a los diez y sin ponerme a pensar en lo que haré me empiezo a arreglar.
Y mientras lo hago sus palabras cruzan por mí mente, es usted una chica astuta y con potencial, todo el tiempo lo estuvo planeando, por eso su reproche cada que el señor Leen me mencionaba lo mismo.
Solo espero no tener razón en esto, porque una vez metida en la boca del lobo ya no hay vuelta atrás, con todos los contactos que tiene en el mundo no pobre librarme de esta, debo de ser inteligente.
—Tu puedes —Me doy ánimos antes de que mi celular timbre en mi cama.
Que tan mala puede ser esa fiesta?
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Imperio De Mentiras
Teen FictionEn el interminable proceso de existir puedes crear por ti misma un futuro comprometedor, o todo lo contrario como Katina. Ser la hija de unos de los mafiosos más reconocidos no es algo de que alardear o por lo menos no a todos, su vida a sido compli...