𝗼𝗻𝗰𝗲

113 15 18
                                    

____________________________

____________________________

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narradora 🌀

Me gustaría decirte que aquella mañana, ellos salieron de la mano, riendo y festejando por la felicidad y la salud de ella.

Pero sería mentirte y queride lecter, no puedo hacerte eso...

Juan Pablo Villamil llegó aquella mañana de Febrero, y abrió lentamente la puerta.
Tenía la sorpresa perfecta para ella.

Le pediría matrimonio.

—¿Celeste?– musitó, entrando en el inmueble, mientras su sonrisa se ensanchaba, escondiendo en su bolsillo, aquella cajita que pensaba abrir postrado delante de ella.

—Juan Pablo...–escucho su voz, sin fuerza alguna, provocando totalmente su preocupación.

—¡Celeste!– gritó nervioso, al verla en el suelo, junto a pequeñas manchas de vómito y sangre— ¡Mí hermosa! ¿Qué... Qué pasó?

—Shhhh– musitó ella— Celestina está muriendo.

Él parpadeó, sin entenderle.

—Llamare a una ambulancia– mencionó, llamando por teléfono y pidiendo ayuda, casi a gritos.

Ella se retorcía de dolor, mientras él tomaba su mano.

—Villamil...

—¿Sí?– alcanzo a responder, en medio de un sollozo— estarás bien hermosa, es sólo una crisis.

—No Villa, Celestina está dispuesta a llevarme con ella, como siempre lo ha hecho.

—No mí niña, ya ella está muerta, únicamente queda la preciosa Celeste, únicamente quedas tú.

Ella negó con la cabeza y en medio de tanto drama, visualizo la cajita negra, en el bolsillo del contrario.

—Eso...– señaló— ¿Qué...?

—Oh... – trato de levantarla, pero ella se negó, logrando que él, se recostara en el piso a su costado— y-yo pensaba hacer esto más romántico, ¿No quieres esperar a qué vayamos al hospital?

—N-no llegaré ni al hospital Juan Pablo...–murmuro, casi en un susurró— lo que tengas que hacer, házlo ya, antes de que me...–suspiro, entrecortando la respiración de ambos—... Vaya.

Él negó con la cabeza.

—Lo haré porque me lo pides, no porque no vayas a llegar, sé que todo estará bien.

Entonces tomó la mano de su querida peli-negra y coloco el anillo.

—P-pero... No he dicho que sí– murmuró ella.

—¿Te vas a negar?

—no, jamás lo haría.

No había sido una pedida de matrimonio.
Fue una pedida de espera, una pedida de continuar su amor, en una siguiente vida.

Ella cerró sus ojos, justo en el momento de que los paramédicos entraban, haciendo que Villamil dejara salir todo lo que había en su interior.

Conforme la colocaban en la camilla, corroboraron que ella tendría razón.

No llegaría ni al hospital.

—Te amo.– murmuró, mientras las puertas se cerraban.

—Y yo a ti– respondió, mientras miraba ambas manos entrelazadas.

____________________________

____________________________

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐂𝐄𝐋𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐀 | [ 𝗖𝗢𝗠𝗣𝗟𝗘𝗧𝗔 ] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora