𝐂𝐄𝐋𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐀 | [ 𝗖𝗢𝗠𝗣𝗟𝗘𝗧𝗔 ] ©

𝗱𝗼𝗰𝗲

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Villamil 🌀

Coloco la guitarra entre mis manos, tocando aquellas canciones que le compuse.

Sigo sin entender, sin poder palpar la realidad.

La conocí un Jueves, marcando las once.
Conocí a su peor y a su mejor versión.
Ambas eran una y yo me propuse separarlas.

Celestina no era mala, sólo estaba terriblemente rota, dañada en extremo, víctima de aquellos malos tratos que sufrió, violencia dónde solo buscaba amor. Aprendió trucos para defenderse, escondiendo en lo más profundo de su alma a Celeste.

Oh, Celeste.

Carismática, feliz y llena de vida, pero lastimosamente bañada en el lodo del pantano a la que Celestina la había llevado. Ella era un ave, a la que le cortaron las alas.
Sola se quitó el habla, acostumbrándose a algo que no merecía, pero con ansias de salir.

Aprendí a amarlas a las dos, comprenderlas y sobre todo, separarlas.

Sé perfectamente que ambas murieron en días, fechas y momentos exactos, Celestina murió el día en que Celeste y yo decidimos volar juntos y unirnos.

Celeste acababa de fallecer hace unas horas.

Casi nadie fue al entierro, uno que otro curioso y uno que otro cerdo, al que ahuyente con la mirada.

Mis amigos estaban ahí, pero siendo honesto, ni noté cuando se fueron.

Lloré sobre la tumba de Celeste, recordando cada momento a su lado.

Un par de pétalos cayeron de las rosas que dejé, se marcaron con mis lágrimas y terminaron de deshacerse, mientras yo tomaba fuerzas para ponerme en pie.

—Lograste separarnos –susurro el viento— nos vemos pronto Juan Pablo, lo prometo.

—Y yo te amaría, aunque tú aún fueras Celestina.

—Y yo... Yo también te amo.

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