Confesiones.

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A leer.

Capítulo 4: Confesiones.

Realmente contemplo la idea de no ir hoy al instituto, luego recuerdo que me maté haciendo la tarea de trigonometría; así que me levanto y me preparo para irme.

Me encuentro a papá sentado tomando una Coca-Cola y aprieto la boca en una línea.Diablos.

-Buenos días, papá.

-Hola, Bella -responde- ¿Quieres cereales o tostadas?

-La verdad no tengo mucha hambre, creo que solo tomaré jugo.

Asiente con la cabeza y nuestra conversación muere allí.

Los escasos minutos que tardo acabándome mi vaso de jugo son, sin duda, de los peores momentos de silencio incómodo de la historia.

A veces me gustaría tener una mejor relación con papá, pero sé que simplemente eso jamás podrá ser. Él y yo somos almas viejas y cansadas no aptas para la comunicación social.

-Me voy -anuncio.

-¿Tienes dinero para el almuerzo?

-Sí -miento- Adiós.

-Tu madre llamó -dice a bocajarro.

Me muerdo la mejilla interna y meneo la cabeza suavemente.

-Dijo que no iba a poder volver a llamar durante un buen rato; se va a mudar a Texas y supuestamente las llamadas son demasiado caras.

-Vale -susurro. Sinceramente no es algo que me preocupe.

Charlie apoya los codos en la mesa y suelta un bufido.

-Le dije a tu madre que sería bueno que al menos se despidiera de ti, ya que no hablaran por un tiempo.

Oh, oh. Ya sé por dónde va esto. Diablos. Me mantengo callada.

-Subí a buscarte a tu cuarto. ¿En dónde estabas, Bella?

Me muerdo los labios, preparando una mentira, pero ni eso puedo lograr.

-Por ahí -musito.

-No creo que sea una respuesta aceptable -se incorpora- Mira, sé que nunca he sido el mejor padre del mundo y que tal vez no merezca que me tengas la confianza de contarme de tu vida y de lo que haces en ella, sin embargo es esta casa hay reglas. No me hubiera molestado si hubieras llegado antes de las once, pero llegaste a las casi dos de la mañana -frunce el ceño- No voy a tolerar eso, así que más vale que me des una buena excusa o voy a tener que castigarte.

-Fui a la escuela -respondo. No hay mejor mentira que la que se maquilla con un poco de verdad.

-¿Qué? ¿En la madrugada y a la escuela? -se nota que no me cree.

-Dejé el libro de matemáticas en el casillero y sin él no podía hacer la tarea. Esa tarea es derecho a examen así que no tuve de otra.

-¿Por qué no fuiste a por mí y me pediste que te llevara?

-Ya llegas lo suficientemente tarde de trabajar, no quería molestar.

-Tu mentira iba bastante bien hasta que mencionaste eso.

-No estoy mintiendo. ¿Mencionar qué?

-El que te preocupes por mí. Sé que no lo haces, ni siquiera quieres estar aquí. Última oportunidad, Bella. ¿En dónde estabas?

Cierro mis manos en puños. Vale, me descubrió.

-Necesitaba aire fresco.

-¿A media noche? ¿No crees que hacía bastante frío ya?

Beautiful SoulsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora