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Era un poco más de las 8 de la mañana cuando Nobita salió de su casa, a pesar de que el sol ya había salido aún se podía sentir que corría una brisa helada, Nobita camino a paso lento después de todo aún tenía mucho tiempo de sobra. Cuando dio la vuelta en la intersección vio al gorila y al zorro contándoles a un grupo de 5 jóvenes lo sucedido el día de ayer

"debí suponer que se lo contarían incluso a los que no estuvieron para ver la película" pensó Nobita con el ceño fruncido aminorando un poco su paso para evitar que lo vieran, lo último que quería es que empezaran a molestarlo desde tan temprano.

Al parecer la diosa de la fortuna nuevamente le estaba sonriendo pues los brabucones no notaron su presencia y pudo llegar con tranquilidad al colegio, mientras caminaba por los pasillos algunos lo vieron como si fuese lo más extraño del mundo debido a su puntualidad, mientras que otros se reían tal vez por haber visto el video él simplemente los ignoro.

Llego al salón y nuevamente lo miraron extraño mientras algunos sofocaban risitas "eventualmente lo olvidaran" pensó y realmente espero que eso sucediera, al fondo podía ver a Gigante con sus manos en la nuca con una enorme sonrisa "y al parecer el disfruta lo que me está pasando" Nobita decidió ignorarlo y camino hacia su asiento

La puerta se abrió rebelando al maestro, la voz de Dekisugi pronto sonó— ¡de pie! —dijo con fuerza, todos los jóvenes se levantaron de inmediato — ¡reverencia! — una vez hicieron la reverencia el profesor se acomodó los lentes y sonrió de manera brillante al ver al azabache en su asiento

—Buenos días a todos—dijo el maestro tomando la tiza en su mano dominante—primero lo primero ¿todos hicieron sus deberes? — Todos levantaron la mano a excepción de Gigante quien empezó a sudar pues no pudo resolver los problemas—vaya incluso tú lo hiciste Nobita...felicitaciones—fue entonces que la mirada del joven corpulento se fijó en el azabache con ira

— ¡es imposible que los hayas echo! — Grito Gigante dirigiendo su mirada furiosa a Nobita— ¡estoy seguro que usaste algún artilugio de Doraemon...tramposo! —agrego provocando que todos guardaran silencio asimilando sus palabras para luego dirigirle miradas de reproche a Nobita

Eso fue todo Nobita se levantó de su asiento y miro a Gigante con enojo—como puedes asegurar que hice trampa sin pruebas—dijo muy enojado por el evidente desprecio a su esfuerzo— ¡no he hecho trampa, los deberes los hice con mi propio esfuerzo así que guarda silencio! —al escuchar como el azabache le gritaba a Gigante se sorprendieron

— Ya basta ustedes dos—dijo el maestro recordándoles que estaban en un aula y no en la calle—Nobi dime ¿hiciste tú los deberes? —Nobita dio un asentimiento firme mirando directamente a su profesor—te creo...—durante mucho tiempo había querido ver ese brillo en los ojos de su estudiante—espero que continúes así— dijo mientras le hacia una señal a su delegado para que empezase a recoger los cuadernos

Gigante simplemente dejo caer su cabeza en su escritorio mientras mentalmente maldecía a Nobita por haberse atrevido a contestarle.

El resto de clases hasta el receso continuo con normalidad, cuando la sirena sonó el azabache salió del salón con su bento hacia el jardín y se sentó bajo uno de los árboles

—Creí que te esconderías—escucho Nobita decir desde la parte de atrás del árbol—después de todo estoy segura que él está buscándote muy iracundo por todo el instituto—

Nobita negó con la cabeza mientras dejaba sus palillos en la caja de su bento—no me hará nada mientras este dentro del instituto—la chica asintió sabiendo que el brabucón no era tan estúpido como para dejar correr su rabia dentro del colegio

FriendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora