"no bebas nada" palabras simples que podían tener un sin fin de significados, sin embargo uno empezó a resonar en la cabeza de Nobita uno que hizo que su estómago se revolviera hasta el punto en el que tuvo que llevarse la mano a la boca para evitar vomitar.
Doraemon se apresuró a su lado—esto puede significar muchas cosas...tal vez la bebidas fueron hechas por él y simplemente el aparato te advierte de un problema estomacal—dijo intentando ser positivo.
Nobita negó—ambos sabemos que cuando se trata de él siempre es la peor opción—dijo mientras empezaba a caminar en círculos por su habitación—pero...él no lo haría—agregó en un tono más bajo intentando convencerse de que tal cosa no pasaría.
Doraemon también se levantó—sin embargo si hay una posibilidad de que suceda...tienes que estar alerta—de inmediato negó—no me invitaron pero también iré, lo dos cuidaremos de Ocho...nada malo le pasara te lo prometo—
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Un nuevo día llegó, Nobita se despertó y preparó su maleta junto con Doraemon, la inquietud en su pecho no desapareció.
Ochaco los esperaba al frente de su casa con una sonrisa—hola...—dijo abrazando a Nobita—también viniste—agregó mirando al robot niñera quien solamente asintió—me alegro entre más mejor—
Nobita sonrió mientras la tomaba de la mano—vamos...—murmuró queriendo decirle que mejor se queden, sin embargo no podía si Gigante planeaba hacer lo que él creía lo mejor era atraparlo con las manos en la masa antes de acusarlo sin pruebas.
El camino hacia la colina fue demasiado corto para el gusto de Nobita, cuando llegaron vieron que ya estaban ahí.
Gigante no tardó en acercarse—me alegro que estén aquí—dijo tomando de la mano a Ochaco e intentó alejarla de Nobita.
Nobita no la soltó— en Ochaco tenemos que poner nuestras tiendas—dijo llevándola lejos de él.
Gigante miro todo esto con enojo—no importa...—murmuró, si todo salía bien al final del día Ochaco sería suya.
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Shizuka se acercó a ellos mientras armaban sus tiendas—Nobita podemos hablar un momento a solas—pidió, Ochaco con una mirada le dijo que estaba bien.
Nobita asintió y la siguió no sin antes mirar a Doraemon y silenciosamente pedirle que cuide a Ochaco.
Un poco más alejados Shizuka tomó su carta y se extendió mientras cerraba los ojos con profundo sonrojo en su rostro.
Nobita tomó la carta y la abrió, estaba seguro que el contenido habría hecho llorar de la emoción al Nobita de unos meses atrás, ahora aquellas palabras no le producían nada—no gracias...—respondió de manera directa haciendo que lo miro con incredulidad
Shizuka lo miro sin creérselo—que...que quieres decir—dijo a modo de pregunta creyendo firmemente que había escuchado mal.
Nobita sonrió—no gracias...—repitió mirándola directamente a los ojos—he esperado demasiado por alguien equivocado, alguien que se convirtió en una persona muy diferente de lo que una vez pudo ser—agrego recordando los varios viajes al futuro que hizo y como el hecho de que en un principio le emocionaba el echo de que se iban a casar.
Shizuka frunció el ceño—es por ella...—murmuro viendo como Nobita asentía cosa que la hizo apretar los dientes con enojo, como era posible que no pudiera ver que ella era indiscutiblemente mejor que Ochaco—eres un idiota...eres un estúpido ciego... ¿Por qué ella....acaso no ves que yo soy más bonita?—agrego con enojo de que él no la estuviera eligiendo.
