La iglesia del pueblo tenía dos cúpulas, tres entradas y una principal. Construida en el centro de la plaza del pueblo, a su alrededor se erigían las distintas casas las más cercanas conservaban la estructura antigua. Tiene según los registros más de seis siglos y su arquitectura permanece intacta. Es quizás la máxima señal del paso de los colonizadores en esa zona. Vestida de blanco, con ventanales marrones y detalles dorados a su alrededor. Cinco grandes pilares en el interior y la misma cantidad de filas de bancas.
Tres eucaristías se celebraban los domingos, una a las 5 de la mañana, otra a las 10 y la última a las siete de la tarde. El párroco fue estricto en señalar que fueran a la primera y eso hicieron. Al bajar las escaleras ambos encontraron a un grupo de empleados que irían con ellos. Sabedores de lo que pasaría ese día, todos querían ir a la iglesia. Ante lo imposible que era dejar la casona Rov, delegaron a un grupo para que asistiera. El sheriff no podía asistir al servicio, no obstante, había prometido estar cuando Johnny hablara.
Se mezclaron dentro de la multitud en una muestra de unión con el pueblo, la gran mayoría era hijo, nieto, bisnieto de algún fundador de la localidad. A su alrededor los fieles no han disimulado la molestia que les resulta ver al matrimonio Rov allí. A ambos se le hizo difícil atender el servicio con tantos rostros molestos fijos en ellos.
Los únicos que no los miraban con odio, eran los padres de George y el mismo George los tres personajes susurraban entre sí, los miraban y reían. Johnny los vio al pasar por el pasillo hacia el sacerdote, notando el tono burlón de los tres. Siendo abogado, sería un acto hipócrita no confiar en las leyes de su país, confiaba en ellas y hasta en las mentes estrechas de los habitantes de ese pueblo.
Aquellos que vieron con odio hicieron filas para recibir el cuerpo y la sangre de Cristo. Johnny y Veca contemplan estupefactos cómo tras recibirlo y hacerse la señal de la cruz, su comportamiento hacia ellos prevalece.
El coro empieza a tocar en parte alta de la iglesia los primeros acordes del buen pastor suenan en las voces angelicales del coro de la iglesia. De a poco todos los pasillos van quedando solos, ambos de han negado a recibirlo, por tensar a un más el ambiente.
Cinco minutos después, luego de limpiar el cáliz y guardar todo, el sacerdote se quita la sotana y la estola. La dobla cuidadosamente dejándola en la silla en la que se ha sentado y mira a los esposos.
—Antes de partir quiero compartir con ustedes una información —empieza a decir tras aclararse la garganta —muchos de ustedes han tocado la puerta de la iglesia, preocupados por el futuro del pueblo... Más exactamente por el único río que tenemos.
Las murmuraciones empiezan y las miradas que hasta el momento eran discretas se han quedado fijas en ambos al escuchar al sacerdote decir aquello.
—Aprovecharemos la presencia de los dueños de ese territorio para que aclaren nuestras dudas —sigue diciendo el sacerdote—si alguien no desea escuchar o tiene algo más importante que hacer... Puede retirarse.
Acto seguido les va la bendición y espera unos minutos que alguno se retire. Todos se miran entre sí, sus rostros apuntan a las entradas de la iglesia por largos minutos hasta que el párroco rompe el silencio.
—Señor y señora Rov, este púlpito es todo suyo.
Ambos optaron por la última fila del costado izquierdo, un sitio lejos del altar, de la vista del sacerdote y de los fieles. Tomados de la mano tal cual como entraron y escuchando a su paso voces de insulto llegan hasta el púlpito. Johnny acostumbrado a ese tipo de ambientes, incluso peores no siente temor. Su esposa sí, pues sus manos tiemblan ligeramente y sudan.
—Debo aclarar para calma de todos... no he enviado a nadie, no estoy interesado en vender, ceder o arrendar la casona y terrenos Rov. —empieza diciendo —Antes de responder sus preguntas, me gustaría saber una descripción de quienes tomaron muestras del río —de pronto todos callan y Johnny apoya las manos en el atril en espera que alguien se anime.
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Domesticado un ogro.
RomanceLo único que tiene en la vida Verónica es su mascota y la vieja casa heredada por su abuelo. La vieja casa se incendia quedando desprotegida. Sin muchas oportunidades acepta el empleo como niñera que brinda Salma la antigua jefe de su abuelo. La m...