REBEKA
Llevaba menos de 15 minutos buscando al chico rizado entre las diferentes puertas de los vestíbulos que se encontraban en aquella gasolinera. Y definitivamente en ninguna de estas estaba él.
Los malditos nervios me consumían, estaba más preocupada porque me atraparan, que por el hecho de que lo pudiera encontrar.
Realmente no entendía mi insistencia por apoyarlo a salir de aquel lugar. Sería todo más fácil si agarraba mi coche y me largaba de ahí.
Si bueno, pero todos tenemos en claro que te encanta el peligro.
¿Así? Nadie pidió tu opinión.
Qué grosera es la gente hoy en día.
— El chico no cerraba la maldita boca — se escucho decir desde un punto muy cerca del que yo me encontraba.
— Cálmate, sólo hay que esperar unos minutos más... y la policía vendrá por él — comentó el otro hombre. Ambos se hicieron visibles ante mí, alejándose completamente de los vestíbulos y yendo directo a la gasolinera para atender a la gente que iba llegando en sus autos y llenarlos de combustible.
Con bastante suerte ninguno de los dos hombres me había visto, así que podría escabullirme fácilmente para encontrar al chico misterioso de cabello rizado.
¿No crees que es un apodo bastante largo? Eres poco original dueña.
No se cuál es su nombre y el chico es bastante atractivo, ¿Cómo puedo si quiera ofenderlo?
Claro... y tú simplemente eres Chucky.
Gracias, eres muy sútil.
Por nada, ahora encuentra a tu hombre.
No es mi ho...
Tu calla y ve.
Corrí lo más rápido que pude hacía los vestíbulos para que nadie me viera entrar, pero mi condición física no apoyaba demasiado, mis rodillas pesaban y sentía que el aire me faltaba cuando logre estar enfrente de los vestíbulos.
Me agache para tomar aire y me volví a levantar exageradamente mientras miraba hacia arriba recuperando el aliento.
¿Cuánto hace que no me ejercito? Realmente que me hacía falta.
Mire a todos lados, había un millón de puertas. ¿Cómo se suponía que lo encontraría? Lo único que se me ocurría era abrir cada puerta de una en una, pero eso me llevaría años y era claro que no tardaría en que el sol saliera.
Piensa Rebeka, piensa.
Bueno, por algo se debía comenzar... esto sería una locura.
— ¡Chico misterioso! — comencé a gritar.
Wow, que creativa... cada día me sorprendes más.
— ¡¿Dónde estás?! — seguí gritando mientras avanzaba en medio de todos las puertas del lugar.
Sólo imploraba que ninguno de los hombres que lo habían secuestrado me escuchara, y que la distancia que se interponía sirviera de algo.
— ¡¿Chucky?! — mi cuerpo se estremeció al escuchar el peculiar apodo, ni en el peor de los momentos lo podía cambiar por algo más lindo — ¡Estoy aquí! ¡Por favor, ayúdame!
— ¡Sabes, no soy adivina como para encontrarte con dichos datos! — conteste irónicamente.
— ¡Tercera puerta a la derecha! — comentó, pero como carajos sabía donde estaba yo.
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Amor al volante
Novela JuvenilUn joven acaba de atropellar a una persona por hacer competencia de carreras con un reconocido mafioso que forma parte de su pasado... cuando trata de escapar de la policía, encuentra su salvación... una chica pelirroja en un viejo coche escuchando...