REBEKA
— Déjenme ver si entendí — comente, mi cabeza estaba a punto de explotar y no por el hecho de que se escuchaban alrededor de 3 carros de policías detrás de nosotros, la razón era que Adam no me había mencionado nada sobre un gemelo. ¡Un gemelo!
¿Cómo te lo iba a comentar si apenas y se conocen hace unas horas?
Como decía, jamás le había pedido opinión a mi querida conciencia, pero haber visto aquel muchacho idéntico al chico que aparecía en todos los noticieros, había sido realmente impactante, jamás me lo hubiera imaginado.
Ni en lo más mínimo, pero el mundo siempre me llegaba a sorprender. Me sentía como si estuviera dentro de un libro y en cualquier momento aparecerían elefantes bailarines. La cosa más rara del mundo.
— ¿Qué cosa no entendiste? — preguntó el hermano de Adam. Yo trate de hablar pero el antes mencionado decidió interrumpirme.
— Esta en estado de shock porque no le había mencionado que tenía un gemelo, error mío— respondió. Primera vez que concuerdo con él... debió habérmelo dicho. Pero no podía indignarme en este momento, Adam se veía más pálido que cuando estábamos dentro de aquel cuartito. Al parecer la araña que le había picado era venenosa. Y teníamos que llevarlo con alguien antes de que empeorara. Aunque eso ya estaba sucediendo en ese preciso momento.
— No me sorprende que no lo hubiera hecho... siempre se olvida de mencionarme con sus colegas, pésimo hermano que me toco tener — contestó sarcástico, Adam simplemente lo fulmino con la mirada provocando que su hermano soltara una carcajada.
Hasta eso tenían en común, su risa era igual de ronca y contagiosa a la de Adam. Era muy dulce, a pesar de que lo hiciera en un momento de burla para molestar a la otra persona, pero no generaba ninguna molestia, sólo los malos chistes que soltaba en el momento.
Transmitía confianza, seguridad y tranquilidad al mismo tiempo, algo que desde hace años no había sentido hasta ese preciso momento. Hacía mucho que no sentía tantas cosas al mismo tiempo, era como si la tristeza dejara de estar en soledad dentro de mis pensamientos, y más sentimientos comenzaran a colarse dentro de la fiesta, me sentía con energía, la adrenalina se sentía por todo mi cuerpo y me encantaba la sensación.
No se que tipo de "magia" tenían estos dos chicos, pero a pesar de las circunstancias en las que nos encontrábamos, me sentía mil veces mejor que el haber regresado a mi casa y haberme quedado encerrada en mi cuarto por milésima vez. Se sentía bien haber agarrado un poco de aire fresco.
El destino me había puesto en el camino de Adam. Estaba orgullosa de haberme decidido en apoyarlo. Aunque no lo conociera en ningún aspecto. Me resultaba interesante muchas cosas sobre él. Los secretos que tenía almacenados dentro de su cabeza. Sobre por todo lo que había pasado hace unos cuantos minutos. ¿Por qué habría mencionado a su madre? ¿Por qué su mirada siempre reflejaba nostalgia? ¿Qué le habría ocurrido a este chico para que se viera tan roto a simple vista?
Aún así, lo primero que quería saber era lo que había sucedido esa noche. La noche en la que decidió subirse a mi auto. ¿Por qué había atropellado aquel hombre? ¿Por qué no se detuvo antes de hacerlo? ¿Por qué no se limito a apoyarlo? ¿En qué mente le cabía que el participar en una carrera de autos había sido una buena idea?
¿Qué pasaba por la cabeza de Adam que lo atormentaba tanto? ¿Quién era Adam?
Quería conocerlo, quería conocer lo más profundo de él.
— Así que... ¿Rebeka, verdad? — preguntó Josh. Asentí con la cabeza — Ahora entiendo porque mi hermano entre tantos carros entro específicamente al tuyo, eres muy bella chica — Adam le soltó un leve puñetazo en su brazo, mientras Josh volvía a reír, yo me limite a sonrojarme por el halago.

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Amor al volante
Genç KurguUn joven acaba de atropellar a una persona por hacer competencia de carreras con un reconocido mafioso que forma parte de su pasado... cuando trata de escapar de la policía, encuentra su salvación... una chica pelirroja en un viejo coche escuchando...