Psycho Lovers

I: Nuevo

En el salón de clases todos estaban platicando entre ellos, a excepción de Yoongi que siempre se quedaba solo y callado en la esquina trasera del salón.

— Por favor guarden silencio—pidió el profesor Lee con una mueca, todos los estudiantes parecían ignorar su presencia—. Tendrán un nuevo compañero— eso pareció hacer el truco.

—¿Dónde está? Yo no veo a ninguna ratita de alcantarilla nueva— respondió Veronica, una chica extranjera, bastante desinteresada y con un tono grosero. Le molestaba que los demás lo buscaran emocionados con la mirada.

—Aquí estoy, pequeña perra, si tienes un problema dímelo a la cara para que te pueda romper la tuya sin que te quejes después cómo una nenilla— el profesor abrió la boca, le sorprendió la forma tan tranquila y descarada en la que insulto a la jovencita el nuevo estudiante cuando entro al salón—. Soy Jimin, espero que nos llevemos bien— se presentó con una sonrisa a todos sus otros compañeros—. ¿Donde me siento profesor? —cuestiono curioso mirando a las posibles personas con las que podría juntarse, sentía la mirada furiosa de Veronica en su cuello.

—Con Yoongi. Y cuide su vocabulario, Park— advirtió severo—. No debería de insultar a ninguna mujer.

—Pues que yo sepa, ella solo es una chica, pero haré lo que usted pida mientras que Veronica no sé ponga de molesta— Veronica, que ahora era la única que empezaba a odiar a Park, se preguntaba cómo sabía su nombre si ni se lo había mencionado—. ¿Quién es Yoongi? — Yoongi alzó su mano y Jimin frunció el entrecejo en cuanto lo visualizo.

— Vamos, vaya y siéntese con Yoongi. Cómo estoy seguro de que aún no tiene los libros que pedí, su compañero le prestara sus materiales— el profesor indicó después de un corto silencio en el que Yoongi sonrió inquieto.

— Bien.

Con mucha incertidumbre Jimin caminó hasta la mesa donde Yoongi estaba y se sentó silenciosamente. Veronica decidió dejar su enojo para otro rato y se volteó para escuchar lo que sea que el profesor diría, podría ser bonita, pero ser una tonta con cara linda no estaba en sus planes.

— Saquen su libro de matemáticas y vayan a la página treinta.

Todos suspiraron, sería un largo día.

[...]

Había pasado media hora desde que él profesor comenzó a hablar sin parar, cosa que aburrió a la mayoría.

— Oye, hola— susurro Yoongi a Jimin mirándolo con curiosidad, le había compartido su libro y aún así el intruso pelinegro no le hablaba—. ¿De donde eres? No pareces ser de alguna parte cercana.

— Eso no te incumbe. Deja de molestarme — susurro de vuelta con tranquilidad, había algo que no le gustaba tanto de su bonito compañero rubio.

Yoongi se calló desanimado y regresó a leer su libreta negra que tenía frente a él para poder escribir algunas cosas en ella durante unos minutos, todo hasta que se le rompió la punta a su lápiz y le picó el hombro a Jimin, quien estaba anotando en una libreta amarilla con hojas cuadriculares notas sobre la dichosa materia de matemáticas.

— Tsk, ¿Ahora qué quieres? — se enderezó funandolo con la mirada, odiaba que lo tocaran. Tenía muy malos recuerdos y experiencias que le hacían odiar las manos de otras personas sobre él.

— ¿T-tienes un sacapuntas? Mi lápiz no tiene punta — más que asustado se veía apenado y desilusionado por el actuar de su nuevo compañero, creía que tal vez podrían ser amigos.

— Agárralo, está en mi lapicera— regreso a ver el libro de Yoongi para copiar todos los ejercicios .

Yoongi tomó la lapicera gris de Jimin, y buscando entre ella, encontró un pequeño sacapuntas metálico. Saco punta a su lápiz y tiro la basura al suelo.

—Gracias— susurro volviendo a meter el objeto plateado de donde lo saco, vislumbrando por error, una bolsita transparente con algo blanco dentro de ella que se quedó observando por unos buenos segundos.

—¿Qué carajos haces?— Park le arrebató molesto su estuche—. No esculques mis cosas.

Yoongi permaneció en silencio con la mirada baja, podía sentir las miradas burlonas de las personas frente a él.

—¡Joder, dí algo!— bramo molesto el pelinegro—. O es que t...

—Shh, el profesor nos regañara—interrumpió avergonzado el rubio, ahora tenía a las tres mesas que lo rodeaban mirándolo entre divertidos y molestos por lo fuerte que estaban hablando.

— Me importa una mierda. No me hables hables a menos que tengas algo interesante que decirme, ni mucho menos me toques o me veré en la penosa obligación de golpearte— advirtió haciendo que todos a su alrededor rieran, les divertía ver cómo después de ser humillado Yoongi se hundía en su asiento totalmente sonrojado.

—¡¿Qué está pasando ahí atrás?!— Lee gritó enojado apoyándose en su escritorio—. Durante las pocas semanas que llevo enseñándoles, ustedes no me han respetado. Que estén cuchicheando mientras explico, me ofende mucho. Si no quieren estar aquí mejor sálganse. Es más, si van a hablar y no se salen de mi salón, los mandaré a detención por dos horas en la tarde para volver a entrar a mi clase.

—Ay, profesor, no se enoje—Veronica intentó inútilmente aliviar la situación —. Usted tiene cómo 26 años y lo consideramos nuestro amigo. Es joven cómo nosotros, enti...

—¡Cállate, Veronica!— golpeo furioso el escritorio con una regla de madera, provocando un tortuoso eco que acalló con su propia voz—. Me importan tres mil toneladas de aguacates de tu país si tengo 23 años y difícilmente les llevo siete años. Soy su profesor, no su amiguito. A mi me respetan—su cara parecía un tomate y sus venas resaltaban—. Ahora, ¿Quién fue el que empezó el cotorreo allá atrás?— cómo no vio respuesta por parte de nadie continuo hablando—. Si no me dicen, los mandare a limpiar todos los baños de la escuela y a tirar la basura— amenazó y todas las personas en la parte trasera apuntaron a Jimin y Yoongi.

—Hijos de puta— susurro entre dientes el rubio, sorprendiendo en el proceso a Jimin, ¿Cómo era posible que esa persona que se veía tan vulnerable pudiera maldecir de una forma aterradora?

—¡Yoongi!— regaño Lee con una mueca, su alumno 'estrella' se estaba portando muy mal el día de hoy—. Te escuche. Jimin y tú tendrán que pasar tres horas en detención después de clases durante tres semanas.

—¡¿Qué?!— gritaron los nombrados como si los fueran a ejecutar injustamente.

—¡Él lo empezó! —se quejo Jimin.

—No importa, al final fueron ustedes quien crearon esto.

Ambos chicos gruñeron molestos; Lee se giro para continuar su clase.

—Me las pagaras si vuelves a hacer una mierda cómo esta— amenazo Jimin a Yoongi, dándole unos escalofríos.

[...]

N/A: Corto pero no estaba muy inspirada.