Historia corta.
Donde los chicos del Nekoma deciden irse dos semanas de campamento para celebrar el cumpleaños de Kuroo.
Y donde Kenma escribe notas mientras aprovecha un viaje al que definitivamente no quería ir para saber si vale o no la pena conf...
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06 de noviembre.
11 días para el cumpleaños de Kuroo.
¿Es en serio? ¿El lago? ¡¿No les basta con la piscina?!
Si pensaba que el agua de la piscina era fría entonces la del lago se había reído en mi cara. Casi muero de una maldita hipotermia.
Había una tripa con una cuerda colgando de un árbol en el lago, decidiste que sería divertido lanzarse al agua desde ella. Y por supuesto, los demás idiotas te siguieron.
Hasta que fue el turno de Lev y la rama del árbol se rompió justo cuando estaba en el aire.
Te preocupaste, pero no pasó nada. Los idiotas son difíciles de matar, y Lev parecer ser inmortal.
A veces eres como un niño, ¿sabes? Adoro verte sonreír, y adoro que puedas divertirte. Aún si eso no me incluye a mi.
Perdón, Kuro. Sé que a veces soy un aguafiestas.
No quise entrar al lago, así que Yamamoto me cargó y se lanzó conmigo en brazos. Mis rodillas golpearon unas rocas y comencé a sangrar.
No era necesario que regañaras a Yamamoto, sé que es molesto, pero también sé que no tenía intenciones de lastimarme.
De cualquier manera, agradezco que hayas curado mis heridas con tanto cuidado. Me haces sentir que soy especial para ti.
Aunque la calidez de la habitación sumada a tus grandes y tibias manos tomando mis piernas con delicadeza casi hacen que me de un infarto. Tengo que agregarlo a la lista de cosas que podrían matarme.
De nuevo, gracias por preocuparte por mi, Kuro.
Tal vez yo también deba hacer algo por ti.
–Kenma.
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