Ambos jóvenes llegan a Avenida Callao, en donde un enorme micro de distancia espera por sus pasajeros.
—Bueno, aquí empieza mi aventura —dice Bruno—. Espero haberte ayudado bastante.
—Sí, lo hiciste. Y gracias por eso. Me ahorraste los $400 de mi psicóloga*.
El muchacho ríe pero le surge una preocupación.
—Che, ¿tu casa queda cerca? Está anocheciendo.
—Es que hace rato tendría que haber vuelto a mi casa.
Alma sonríe y Bruno también.
FIN
*La historia se remonta en abril de 2017.
ESTÁS LEYENDO
Hacia la incertidumbre, en constante viaje
Short StoryAlma sale de terapia, nuevamente frustrada y angustiada, para dirigirse al subte D. Ya estando allí, apoya la SUBE en la máquina para que ésta la deje pasar y así irse a su casa. Pero un chico, cargado de mochilas, le pide por favor que le pague el...