3.

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Usted está en estación Juramento.

—Bueno, voy a hablar yo ya que vos no hablás —determina Alma al acomodarse en el asiento—. Che, te pagué el viaje.

—Disculpá, es que me pareció raro. —Se excusa el chico. —Pensé que me ibas a pedir una pulsera o alguna indicación de una calle, qué sé yo. ¿Cómo comenzaría una charla?

—Podrías preguntarme cómo me llamo.

—¿Y cómo te llamas?

—Alma, ¿vos?

—Bruno.

—Sos mochilero, ¿no?

—Ajá —contesta sonriente—, ¿y vos fuiste de mochilera alguna vez?

—No. No debería tomarme el atrevimiento, en este momento, de  ser mochilera —responde Alma, dando un suspiro de frustración.

—¿Por qué no? ¿A qué te dedicas?

—Y si sigo por este camino: soy un parásito.

—Próxima estación: José Hernández.

—Próxima estación: José Hernández

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Hacia la incertidumbre, en constante viajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora