11.

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—Usted está en estación Agüero.

—Me di cuenta que me aterra la incertidumbre —confiesa Alma seriamente—. El no poder manejar las cosas, el no tener control. No puedo soportarlo.

Bruno la mira de forma compresiva.

—Y en la vida es más segura la existencia de la incertidumbre que de la certeza misma. Es algo que siempre va a estar.

—Quizá por eso estuve todo este tiempo así..., por miedo. Tenía todo anotado, todo planificado para no encontrarme con ella y ¡pum! Me choqué con algo y ahora estoy cara a cara con la incertidumbre.

—Es que tratar de controlar puede que nos dé algo de alivio, pero si no podemos tolerar un poco de incertidumbre hará que nuestra vida carezca de experiencias, conocimientos, oportunidades —afirma Bruno.

—¿Pero la planificación no forma parte del éxito?

—Sí y no —responde Bruno—. Te esclaviza también. Y si lo planificado no es logrado nos frustra y nos da miedo a volverlo intentar.

Alma suelta un suspiro pesado.

—Pero no significa que debamos improvisar —continúa Bruno—, sino ser más flexibles con nuestros planes.

—¿De verdad la incertidumbre es buena? —pregunta Alma luego de un rato.

—Sí, lo es. Y te digo más: es oportuna y puede llegar a beneficiarnos.

—Próxima estación: Pueyrredón. Combinación con línea H.

 Combinación con línea H

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Hacia la incertidumbre, en constante viajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora