Kung Fu Panda: Leyendas de la Creación

Capítulo 16: Una visita real

Nota: esta historia está inspirada en la saga de Kung fu panda de DreamWorks, ninguno de los personajes de Kung fu panda me pertenece, solo son utilizados para contar esta historia, también cabe destacar que esta historia es solo para entretener y es sin fines de lucro. Habiendo dicho esto, espero que les guste y que disfruten la historia.

Byakko despierta en la enfermería, se sentía desorientado y con dolor de cabeza, cuando logra enfocar bien su vista, mira para todos lados y se da cuenta de que estaba en la enfermería. Un momento después, Po y Tigresa entran a la enfermería y ven que Byakko ya había despertado.

–Byakko, por fin despertaste, nos diste un gran susto, creímos que algo muy malo te había pasado– dice Po acercándose a su amigo y sentándose en la orilla de la camilla.

–¿Qué me pasó? – dice Byakko tallándose la cabeza.

–Cuando Po y yo nos estábamos abrazando felices de obtener las marcas de los espíritus elementales, nos dijiste algo y antes de poder terminar, te desplomaste, Po logró atraparte antes de tocar el suelo, yo te traje a la enfermería y Po fue por la doctora, ella te revisó y su veredicto fue que solo te desmayaste por falta de energía, que te habías cansado en exceso y que tu cuerpo por puro instinto pasó a estado de reposo obligatorio– dice Tigresa poniéndose junto a su esposo estando aún de pie.

–Entiendo, estar en la mente de dos individuos en el mismo rato, me quitó demasiada energía, eso explica que casi no me pueda mover– intenta mover su mano, pero le costaba mucho trabajo.

–No te muevas, ya lograste hacer tu parte del entrenamiento, como compensación al gran esfuerzo que hiciste, podrás descansar de nuevo el tiempo que necesites para recuperarte por completo– dice Tigresa sonriendo y poniendo su mano en el hombro de Byakko.

–Gracias maestra Tigresa, pero, no es necesario que descanse mucho tiempo, con 3 días serán más que suficiente– dice Byakko tranquilo y se recuesta en la camilla de nuevo.

–Bien, cuando te recuperes, te integras de nuevo al entrenamiento, nosotros nos retiramos, debemos ir a ver cómo va todo en el palacio, descansa Byakko– Po sonríe y tomándole la mano a su esposa salen de la enfermería, dejando solo a Byakko para que pueda descansar.

Pasaron los 3 días como había comentado Byakko, ya se sentía mejor y al estar de nuevo bien, se integra al entrenamiento y sus tareas rutinarias.

...

Era un día normal como cualquier otro, había pasado un mes desde aquel suceso donde Po y Tigresa habían obtenido sus marcas de los espíritus elementales. Eran como las 10:00 horas, Byakko se encontraba en el patio entrenando con Kumi y su novia Maylin, Byakko dirigía la clase como normalmente lo hacía, sabiendo Tigresa y Po que él era un maestro disciplinado que sabía el momento para cada cosa, permitían que él entrenara a Maylin, porque si era hora de entrenar Byakko era alguien serio, nada bromista y siempre centrado en el entrenamiento. A Maylin le parecía algo aburrido ver a su amado así en el entrenamiento, porque siempre que estaba con ella era muy sonriente, bromista, juguetón y todo un caballero con ella, pero, en el entrenamiento parecía que solo fueran individuos que se conocían y ya.

Todo iba bien, ya llevaban un buen rato entrenando, así que Byakko decidió darles un pequeño receso para descansar a sus alumnos, mientras descansaban, Zen, el pato mensajero, cayó como avión en picada en el patio del palacio, estrellándose de pico contra el suelo, dando unas cuantas volteretas, hasta que se detuvo pico arriba, jadeando a más no poder, daba la sensación de que se moriría por falta de oxígeno, típico de él que volaba hasta llegar al palacio y no tenía tan buena condición física. Al verlo caer, de inmediato Kumi corrió en su auxilio, llegando hasta él y tratando de sentarlo para que recuperara el aliento y les dijera que pasaba, ya que, si llegaba de esa forma, es porque tenía un mensaje urgente que dar o porque algo malo estaba pasando.