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Sammy

Había mucho ruido, los recesos siempre son así. Mientras mi grupito hablaba sobre salidas y chicos guapos yo solo molestaba, no a ellas, sino a las de mi lado, no paraban de reírse. Ellas son mis dos amigas del alma, la risueña y la jovial.

La pelirroja con labios grandes y circulares que se reía por todo y que siempre nos contagiaba su risa, la castaña con pecas y largas pestañas, ella era la que armaba el revoltijo entre nosotras y quedaba yo. Era curioso que siempre fuimos más unidas que el resto del grupo, tal vez somos un desastre, pero somos el mejor desastre que pudo haber.

-Sabes deberías hablarle- le dijo la castaña.

- Es verdad es guapo, pero no puedo- dijo la pelirroja.

-¿Cómo que no puedes?-pregunte yo y la castaña.

- Es que es lindo, ¿y si no me hace caso?- nos dice la pelirroja.

- MARA, por dios eres una persona muy bonita además los chicos tienen cierta debilidad por las pelirrojas, tu tranquila tienes puntos ganados- dice la castaña y yo concuerdo con ella.

- Sabes que Lea tienes razón, hay que darle- dice sonriente.

- Así se habla, ahora a darle con todo, anda- lo dice orgullosa.

Veíamos como Mara se iba con toda la actitud puesta por Lea, yo apoyaba, ella se acercaba con una sonrisa encantadora y el pelo lacio hacía el chico alto medio castaño, empezaron hablar y se veían esas miraditas de afán que tenían, Lea y yo sonreímos.

-Lo logramos, ahora a esperar- Me dice Lea feliz.

-Sí, no dura mucho el chico en caer, se ve como le echa esas miraditas.

-Te dije, debilidad por las pelirrojas-me dice Lea.

Me río con ella y nos ponemos a pelear por saber quién era el más guapo de su galería, yo sabía que ella también era bonita, tenía muchos admiradores aunque lo negara. Su cabello ondulado y largo, su cuerpo era muy bonito al igual que la pelirroja, sabía que aunque Lea intentara no enamorarse o hacerlo menos importante en algún momento ese corazón también se aceleraría y tendría mariposas como todos.

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Mientras esperábamos en las bancas nuestro turno de usar la cancha la pelirroja nos contaba como había hecho conversa con el chico y había sido muy amable y educado con ella, ellos volverían a encontrarse más tarde en el parque que está alado de la casa del chico, se llamaba Jasón, se veía como un tipo agradable.

-Ya nos toca- les digo a Mara y Lea.

- Yo igual me debo ir, bye ¡SE LAS QUIERE!- nos gritaba Mara mientras corría.

- Vamos- me dice Lea.

Mientras que Lea y yo entrenábamos futbol, Mara era una experta en voleibol y jugaba muy bien, la verdad no es que nos gustara, pero éramos buenas, aunque Lea tenía más capacidad, yo solo me quedaba de defensa, tenía menor capacidad para el ejercicio aunque fuera necesario para mí, Lea me acompañaba.

Al terminar de practicar futbol regresé a casa caminando pues quedaba cerca de mi casa, aunque estaba cansada tenía que ir, o si no mis padres me matarían. Al regresar ya se estaba poniendo el sol suponía que ya debían ser las 5 o 6 más o menos, estaba escuchando música y como no había nadie en la carretera, me puse a bailar hasta mi destino final, no me había dado cuenta de que ya estaba llegando a mi casa.

-Oh, I've been shaking, I love it when you go crazy- canto a todo pulmón- You take all my inhibitions.

-Baby, there's nothing holdin' me back.

Hasta mi último respiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora