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Sammy

Un decaimiento, una mancha nueva en mi vida, el decaimiento en la insuficiencia cardiaca es el fallo muscular de nuestro cuerpo, en mi caso mi cuerpo. Había tenido un decaimiento el cual no espere tenerlo, mi corazón había dejado de bombear por unos segundos y decía. No esperaba que en ese lugar o siquiera en esa situación, desde antes ya he estado haciéndome las revisiones necesarias para tratarlo, pero eso no ha evitado no tener insuficiencia cardíaca.

 Cuando tenía 14 años estaba en una piscina, era una bomba, había ido de vacaciones con mi familia para pasar Año Nuevo, era como un resort, mi hermana y mi sobrino que estaba recién nacido estaban ahí. Yo solo disfrutaba la piscina cuando me quedo sin aire, no veo nada, dentro del agua sentía desesperación y veía como mi cuerpo no se podía mover, no hacía nada solo veía borroso cada vez, recuerdo como gritaba mi hermana llamando alguien que me auxiliara, ella seguía con el bebé en brazos, yo solo quería moverme, pero no podía todo era confuso y sentía como todo en mí dejaba de funcionar a tal punto en el cual sientes como te vas. 

Había despertado en el hospital, mi familia estaba esperándome a que despertara, me había desmayado. Ellos estaban preocupados y veía la angustia en sus ojos, yo únicamente les decía que estaba bien, el doctor había dicho que tenía que hacerme más exámenes porque no habían detectado nada malo hasta ese entonces, cuando llegamos de nuevo a casa los doctores me diagnosticaron con insuficiencia cardíaca.

Los colores representan cada parte o momento que tenemos en nuestra vida y ese momento era una mezcla de gris, azul y blanco. Era una combinación de colores el cual me hacían sentir insuficiente, la verdad no es que me iba a morir en ese instante, únicamente que no era lo mismo que antes, debía llevar revisiones constantes y un marca pasos para que el corazón latiera bien, yo solo sabía que en ese instante yo me pondría límites, el temor estaba en mi y aunque siempre culpaba a la enfermedad no era así con el tiempo me di cuenta de eso en especial con ... 

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Estaba acostada en la cama mientras leía un libro, sí en el hospital, mi madre había llegado lo antes posible ni bien la llamaron, mi padre se enteró de todo y me dio su apoyo desde lejos, mientras que con los demás fue difícil enmascararlo, pues únicamente no quería que supieran por el simple hecho que no quería que ellos cambiaran, no por mí. 

- ¿Segura que estás bien? - me pregunto Mara preocupada.

 -Si, solamente fue un desmayo por no comer bien- le dije.

 -¿Por qué no comiste? 

-Perdón, con el apuro de las clases, deporte y eso no como lo suficiente y como en la feria hice mucha fuerza pues...- le digo a ella cabizbaja, no por el hecho de que eso sea cierto, sino por el hecho de que no es toda la historia- Te juro que nunca más lo hago. -Le digo murándole con una cara de perro regalado. Mara se acerca a mí y besa mi nuca.

 - Está bien, solo no lo hagas más, nos asustaste a todos y con todos también me refiero a James también e intenta limpiarte que aún estas con algo de pintura- yo solo me río.

 - Lo haré- le digo a ella, se levantó.

- Yo me debo ir, cuídate si? Y no me extrañes mucho- me dijo sonriendo e hilándome el ojo, yo no sé que haría sin estas chicas, Leah había entrado antes a regañarme, pero se tuvo que ir.

Tocan la puerta con delicadeza. 

- Pase- digo con un tono alto. 

Hasta mi último respiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora