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Sammy

La luz del sol posaba mi rostro, nuevamente, era una de esas mañanas donde cada rayito de sol mandaba tranquilidad, eso controlaba mi estrés. Siempre que me despertaba por los rayos del sol cogía mi computadora y escribía, ponía música y mi imaginación volaba lo más alto posible, a veces leía o solo veía mi ventana. Lo que me mantenía calmada era la luz en sí, la luz era benévola y cálida, los rayos inundaban reposo en mi vida, reposo de mis problemas, reposaba de la muerte.

Cada mañana que era así mi cuerpo se renovaba, como si hubiera descansado siglos por eso me gustaba aún que no durara mucho, cuando estaba saliendo para dirigirme a la preparatoria, me gustaba caminar cuando era ese tipo de mañanas, cuando estaba saliendo de mi casa unos 5 minutos después de que saliera también le veo salir a mi vecino, el pelinegro, o ¿no creo que? O no puede o ¿si?

-Buenos días, Stellina.

- No me digas que...

-Con que vamos a la misma escuela, que grata sorpresa- me dice sonriendo, no puedo pensar que también le hayan metido a la escuela más cercana,igual que a mí.

 -Y ¿no tienes carro? 

 - ¿Por qué? ¿Quieres dar una vuelta conmigo?- me dice alzando las cejas. 

 -Noo, para que vayas en carro y no molestes mi magnífica paz. 

 -Uy 7 de la mañana y tan agresiva, que modales los tuyos - o no estaba usando mis propias tácticas contra mí eso era injusto. 

 -Cállate- le dije mientras seguí caminando, me estaba atrasando, él me siguió el paso.

 -Bueno tendré que acostumbrarme a madrugar para salir a caminar contigo. 

 -Ni lo pienses, que no salgo todos los días a caminar, solo cuando las mañanas son lindas.

-Entonces espero que así sean todas las mañanas me dice sonriendo- yo únicamente niego con la cabeza mientras él sonreía. Me tapé bien con la bufanda, aun así estuviera haciendo sol sentía algo de frío, tosí un poco.

-¿La preparatoria va a ser una completa jaula de tarados o si vale la pena?

- La mayoría son unos completos tarados con hormonas, pero dependiendo con quien te lleves.

-Sabes nunca me dijiste tu nombre, Stellina .

-¿Si te digo mi nombre vas a dejar de llamarme Stellina?

-Tal vez.

-Mi nombre es Sammy, James- él sonrió ante el nombre.

-Sammy, bonito nombre, pero nada mejor que Stellina - eso me hizo reír, al instante puse una cara sería.

-Ey te saque una sonrisa, estoy contento con eso- lo mire fulminante.

-No lo hiciste fue la tos.

-Claro, como digas- me dice con una sonrisa.

-Que no lo hiciste, pelinegro fastidioso.

-Claro que lo hice Stellina , por cierto deberías sonreír más, tienes una bonita sonrisa- y con eso se adentró a la preparatoria, no sabía cuando habíamos llegado ni como, pero yo estaba nublada, lo que es nublada.

-¡SAMMY!- grita Lea, venía corriendo- ¿Quién era ese? ¿Por qué estás roja?-No sabía en qué momento me había puesto roja.

-¿Qué? Ah es el frío se me hacen rojas las mejillas, por eso estoy con la bufanda.

- ¿Quién era el chico?

-Mi nuevo vecino odioso.

-Pues al parecer tu nuevo vecino, no esta nada mal y te lo digo con sinceridad.

Al pensarlo así, me di cuenta de que hoy pude detallarlo más aparte de su pelo negro, una tez blanca y pequitas al rededor de su nariz, unos labios rosaditos, pero pequeños, tenía buen estilo y una grande altura, comparada con mi diminuta altura.

-No me parece atractivo, la verdad.

-Ajá y mi esposo es el guapísimo Dr. Jackson Avery- me río.

-De verdad.

-Mhm.

-Mira mejor entremos que llegamos tarde a clases.

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Cuando había acabado mi entrenamiento, ya era tarde como siempre, hoy si fue un día soleado y mucho al parecer, veía el atardecer entre los árboles, era otoño y las hojas se veían reflejadas con la luz del atardecer, veía una calle con muchas casas entre viejas y nuevas hay un punto medio mientras los árboles eran de color café y anaranjado, las hojas se esparcían por el suelo y ahí vi el lago, el que siempre iba con mi padre cuando pasábamos los dos juntos.

 Cuando por fin llegue a casa después de ese pequeño desvió, antes de entrar escuchaba los gritos, mis padres estaban peleando de nuevo, la verdad nunca sabía por qué peleaban, eran polos iguales por eso nunca podían estar conformes. 

Me escabullí por las escaleras a mi cuarto, sin que se dieran cuenta, llegue a mi cuarto y me cambie de ropa, nunca sabía si me ponía algo que me combinaba porque siempre cogía lo primero que veía, me hice un moño alto y subí por mi ventana a la terraza, me puse escuchar música y a escribir, a que mi imaginación de nuevo se fuera de este mundo y vaya a eso a lo que todos llaman sueños, yo escribía todo lo que no podía hacer y lo que alguna vez quisiera que me pasara, en una historia tal vez no era buena, pero era mía y eso era lo único que importaba.

Paso mucho tiempo desde que empecé a escribir, pero sabía que no podía que tenía que irme aún que no quería salirme de mi sueño de esa realidad que desearía, aunque debía hacerlo, antes de irme mire la ventana de mi vecino me preguntaba ¿Qué estará haciendo? ¿Habrá ya conocido el pueblo? ¿Por qué me puse roja cuando me dijo que tenía linda sonrisa? La verdad no lo sé, creo que vine acá por el hecho de que tenía esperanza de encontrármelo, suena estúpido y tampoco sé porque tengo esa ilusión, pero únicamente quería verlo por esa ventana, que sus brazos estuvieran en la ventana recostada mientras me decía lo mal que lo podía llegar a tratar, suena absurdo, pero tenía esa ilusión, la cual nunca paso ese día.

-¡Sammy, ven por favor al escritorio!- grito papá desde su oficina.

-Sabes he estado hablando con William, esta semana tienes más exámenes- me dice el algo serio- aunque yo no esté en todos, tú y tu mamá van a ir a hacerlos, me dicen como te va y recuerda tú puedes- me dice para luego sonreírme y guiñarme el ojo. Me alegraba saber que siempre tenía el apoyo de mis padres, eso me hace confiar en mí, lo lograré.

-Si papá te entendí, yo puedo- le dije feliz y con determinación.

Salí de su oficina para irme a mi cuarto subí y me recosté en la cama, debería mejorar mi vida, debería atreverme no tengo tantas oportunidades como los demás, pero la disfrutaré al máximo.  

Me asusté cuando algo golpeo mi ventana, del susto cogí un bate que tenía en mi cuarto por cualquier cosa, al ver un papel en una roca al filo de mi ventana, lo cojo y abro, tenía un escrito que decía:

Hoy no pudimos hablar desde la mañana,

estuve muy ocupado instalándome

pero no creas que me he olvidado de ti Stellina,

me quería despedir de ti,

Buenas Noches Sammy.

De parte del pelinegro odioso.

Esa nota me hizo sonreír, aunque el pelinegro fuera molestoso me animo, claro que voy a disfrutar mi vida, podría dormir en paz esta noche, solo esta noche. Abajo del papel el cual no le daría, pero aun así escribí.

 Gracias, James(pendejo).

 PD: Me encanta que me molestes <3

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;)

Hasta mi último respiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora