Pecado

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Juegas con la copa y un poco con mi cabeza.
Te encanta provocar vestido sólo con tu piel.

Se niega a amanecer en el Tártaro
y ante tu mirada lobuna hasta el diablo se persigna.

Tu mirada cómplice repasa cada marca de mi cuerpo.
Es inevitable mi sonrojo; los recuerdos me avasallan.

Cada mordida, suspiro, gemido...
Tus manos sujetando mi cuello y mis uñas arañando tu espalda...
Mi piel ardiendo y tu boca en llamas.

No entiendo cómo algo que se siente tan bien puede estar mal.
Supongo que lo prohibido es adictivo, y tú y yo somos un ciclo vicioso interminable.

Yo tan inocente y tú tan perverso.
Yo tan atrevida y tú tan puritano.

Un manojo de contradicciones
entre cuatro paredes con olor a sexo y tequila,
tocando el cielo a dos pasos del infierno.

CambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora