Tierras Blancas

7- Un hogar

Yuuri se sentía sofocado entre ambas cabelleras plata cubriendo su pecho y su rostro, y como si eso no fuese suficiente, el cuerpo de Farhä descansaba espléndidamente sobre sus caderas... Los Nikiforov serían su causa de muerte más temprano que tarde. Logro salirse se la cama a gatas para finalmente poder salir de la casa rumbo a su entretenimiento con Yuri. Los horarios de Yuuri eran estrictos, y si no fuese por qué Viktor, Uthgar y Farhä habían sido en extremo delicados acostándose a su alrededor Yuuri quizá no se habría podido despertar para llegar a tiempo, pero el calor que entrega otra persona durmiendo a tu lado podría ser engañoso.

-- Llegas tarde... - Se quejo Yuri dándole una mirada recriminatoria y lanzándole una de las espadas cortas envuelta en tela con las que solía entrenar, Otabek estaba sentado por su parte, afilando puntas de flechas. 

-- Lo siento, cada vez es más difícil eludir a Viktor y Uthgar por las noches... me dejan con ellos y por las mañanas suelen dormir más de lo usual... 

-- Bueno... esos dos trabajan mucho, aún así no es una excusa para ti, cerdito, sabes bien qué es lo que esta pasando... 

Claro que sabia, Yuuri había sido advertido por Helim al respecto de los subordinados de Baazar, el deceso de su general había enardecido a sus tres suboficiales, Helim, aunque ya no tenia mucho contacto con ellos pues había desertado como parte de la guardia de Baazar y reubicado por Viktor ayudando en la casa de enfermos, había escuchado a ellos y algunos de los hombres a su cargo el rencor cargado en contra del de ojos rasgados, pues no se esperaban que Baazar cayera abatido por alguien que se veía tan pequeño y frágil. 

-- ¿Qué es eso?

Yuuri se acerco apresuradamente a ver que era aquel extraño aparato que brillaba sobre la copa de uno de los enormes nogales que servía como punto de referencia para muchos comerciantes y exploradores. 

"FLICK"

Una especie de trampa activada por presión,  Yuuri logro saltar a un lado a penas a tiempo, quedando con un enorme corte en su pierna y parte de la cadera. Una serie de fierros afilados, con dientes desgarradores, estaban ensartados en una pesada rueda de madera, la trampa estaba ideada para cualquiera que pasara a tomar un descanso, no era defensiva o táctica, simplemente era cruel... el espacio entre los fierros era suficiente para que un hombre con la corpulencia de Otabek quedase recogido entre los barrotes afilados y quedara allí desangrándose dado al peso de la madera y los aserrados dientes de los filos. Yuuri quedo pasmado, no pensaba que seria una trampa de ese estilo y, por encima, se sentía más torpe de lo normal, pues su entrenamiento iba lento y pasaba de regaño en regaño de Yura y Otabek por su falta de reacción en los últimos días, la verdad era que su mente últimamente vagaba en Viktor y en aquella noche en las aguas termales. 

Viktor usaba aquellas vendas en las manos y sus brazos para esconder cicatrices... toda su piel parecía haber sido quemada desde la punta de sus dedos, hasta un poco más allá de los codos. La piel se veía en un delicado tono rosa pálido, tenía líneas tenuemente más oscuras y sus venas aún podían adivinarse en un tono lila casi azulado por debajo de la cicatriz; Yuuri no podía evitar estar preguntándose en su mente de forma continua ¿Qué había pasado? Comprendía de forma superficial que tendría que ver con su ascenso como líder y la muerte de su padre, sin embargo, no dejaba de parecerle doloroso y hacerle preguntarse si podía hacer algo... pero para eso, necesitaba permanecer sano.

— ¿¡ Cómo demonios se te ocurre acercarte tanto a esa cosa?! — Le reprendió Yuri yendo en su dirección mientras que Otabek revisaba aquella mortífera trampa— Esas cuchillas están hechas para desgarrar carne, podría fácilmente haberte cortado una pierna...— Con destreza, Yuri corto aún más las telas dónde se había lastimado el pelinegro, viendo con horror como la carne parecía haber sido mordida por lobos en ves de cortada por sables.