Desde que dormía cada noche junto a Uthgar y Viktor, y tenia el aroma de los aceites perfumados con los que peinaban el cabello de Farhä, Yuuri no tenía pesadillas. El cálido nido en que los cuatro pasaban la gélida noche, no se comparaba a nada que hubiese vivido antes, ni si quiera en nihón... era como si no hubiese nada antes de eso, de esos momentos en que se sentía rodeado de calor, cariño y seguridad. Pero todo era distinto esa noche...
En el festival de primavera, cuando los días pasaban a ser más largos, los nitama, eran ofrecidos al sol... su sangre se tomaba y se ofrecía a los dioses en intrincadas y detalladas pinturas en papel finamente trabajado. Yuuri recordaba con miedo aquellas noches previas al festival, porqué aunque la gente decoraba con flores y papeles pintados, se disponía a sacrificar sus mejores lechones y preparar de sus mejores vegetales y cereales, Yuuri pasaba junto con Izuku un largo periodo de ayuno de seis días, solo bebían agua o té de limón, no tenían permitido comer nada hasta pasar ese tiempo, tras el cual les eran inducidas altas fiebres con medicamentos para evitar infecciones, mientras que sus brazos eran cortados en múltiples líneas y obligados a mantener extendidos con ayuda de cuerdas teñidas de rojo. El primer ritual de Yuuri fue cuando tenía a penas ocho años.
Despertó exaltado sintiendo la piel de sus brazos arder, paso sus manos desesperadamente por ellos, como queriendo arrancarse la piel, las vendas en sus manos molestaban, y al querer quitárselos vio aquello que tanto temía.
El entintado.
Uthgar cayó de la cama ante los gritos de Yuuri, solo hacia un par de horas que había hecho cambio con Viktor para así acompañar al pelinegro, quien había presentado leves fiebres tras tener la limpieza de sus heridas. El nihón se estaba quitando los vendajes con desesperación, fue solo cuando puedo ver sus manos libres de las telas que se quedo quieto, sin embargo su mirada se lleno de miedo.
-- Yuuri, todo esta bien, estoy contigo...-- Le hablo Uthgar incorporándose y acercándose a él, intentando tranquilizar al contrario tocando suavemente su hombro-- Eso... ¿Qué es?
Los dedos de Yuuri, y hasta la mitad del dorso y palma de sus manos, tenían un color negro que se difuminaba y llegaba a las muñecas, no parecía piel e incluso sus uñas habían tomado aquel color. Todo Yuuri temblaba y en sus ojos las lágrimas se comenzaron a derramar.
-- ¿Qué es esto, Yuuri? ¿Duele?-- El menor negó con la cabeza, apretando sus manos, viéndose intervenidas por las de Uthgar, que tomo suavemente sus dedos, viendo con cuidado la herida en la palma izquierda el menor y la quemadura en la otra-- Yuuri, puedo ver que tienes miedo, pero ¿Podemos cubrirlas? Aún estas herido...
-- Esta bien... -- Gimoteo el menor y, entre hipidos y llanto, dejo que Uthgar envolviera con nuevos vendajes sus lastimadas manos. El peliplata se vio obligado a pasar de su asombro por aquel tono negro en la piel de Yuuri, color que incluso teñía la piel quemada, escondiendo la sangre que corría y se secaba al abrirse los cortes o lo poco que lograba cicatrizar el menor.
-- Yuuri...-- Las manos de Uthgar acunaron el rostro del azabache, que estaba rojo por el llanto, limpiando a duras penas aquellos rastros salados-- ¿Puedo ayudar? ¿Duele mucho en alguna parte?
-- Uthya... creo que tenías razón-- El peliplata no logro entender, solo pudo cubrir al contrario con las mantas y abrazarlo intentando apaciguarlo.
Estando ya más calmado, poco a poco comenzó a quedarse dormido, Uthgar tarareo con ternura la misma canción que cantaba para Farhä y Kian cada vez que le acompañaban en la cabaña o pasaban la noche. Tener la oportunidad de calmar el sueño de Yuuri se hacia para Uthgar como un intercambio justo, pues tras conocer todos los problemas que lo mantenían recluido en aquella habitación dentro de las cuevas, Yuuri pasaba tiempo con él cada día tras hacer sus tareas y le brindaba aquello que había renegado por años desde el nacimiento de su niña, la compañía... aquella sensación gratificante de estar con alguien que no espera nada de ti, más que poder ser de ayuda y que estés bien.
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Tierras Blancas
FanficFanfic Mpreg NO ES OMEGAVERSE Yuuri a perdido la cuenta de las veces que ha sido prisionero y trasladado a otros lugares que no conoce, las islas serpiente, Nihón y Koiria han sido saqueadas por bárbaros que arrastran con ellos mujeres, niños y monj...