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Luego de que el señor Louis se quedara dormido, Harry se dio cuenta de que ya tenía que ir con el otro señor Payne. 

Primero paso por la cocina de la casa de retiro y bebió jugo de naranja, necesitaba algo más de azúcar en su sistema después del torbellino de emociones que el señor Louis le género. Exactamente a las 6 con 30 minutos se encontró dentro de la habitación.

—¡Que gusto, alguien puntual! — gritó el señor Liam nada mas verlo abrir la puerta.

—Así es, señor. ¿En que puedo ayudarlo? —dijo Harry con su usual sonrisa amable.

—En realidad, creo que es algo muy sencillo. Esta mañana encontraste algo que estoy seguro de que me pertenece —puntualizó. Harry hizo mueca de confusión. —No pasa nada muchacho, fue con toda la intención, mi chamarra de mezclilla es sumamente importante para mí, en ella guardo dos sobres viejísimos que desde hace un tiempo te quería dar.

El enfermero se quedó pasmado, y soltó una risilla nerviosa. La chamarra que encontró la mañana anterior tenía un bolsillo interno de cada lado y en uno de ellos había dos sobres, el muchacho no les tomo importancia y los guardo en la mochila donde llevaba sus cosas del trabajo.

Además de sus expresiones desaforadas, el señor Liam le ponía la piel de gallina por las "casualidades" que eran de su conocimiento sin razón aparente.

—Harry hoy ha sido un día algo difícil para ti,  no te preocupes. Va a empeorar, o no según como prefieras verlo. Pero te prometo que todo se solucionará si me haces caso y sigues las instrucciones de los sobres que ahora están en tu poder al pie de la letra, no será muy difícil, pero son cruciales. Se que no tienes razones para confiar en mi pero tampoco tienes razones para no hacerlo. No perdemos mucho con intentar.

El enfermero simplemente lo miraba con la sonrisa congelada que no llegaba hasta sus ojos que en contraste lucían consternados. Harry pensó en correr hasta su mochila y revisar que contenían los sobres, la curiosidad lo estaba matando.

—Se el buen chico que siempre has sido y no abras los sobres hasta el 28 de octubre, hazlo como el que probablemente será el ultimo deseo de esta viejo —el mini discurso había sido sumamente dramático y extraño, considerando que el señor tenía el semblante más alegre que Harry había visto en el día. —¡Ah! Por cierto. Sé que no es tu trabajo pero, ¿podrías llevar esto a la relojería que esta calle abajo? Se ha quedado sin batería y yo no puedo cambiarla, mi pulso ya es muy malo. Mañana mi nieto irá a recogerlo. —El señor Liam le tendió su reloj de bolsillo y le ofreció su primera sonrisa tierna en lo que llevaba de conocerlo.

El enfermero sonrió y sin más, accedió. Para después dirigirse a la sala de enfermeros y recoger sus cosas con el propósito de por fin ir a casa. Todo el rato se sintió como si estuviera en alguna especia de transe que no le permitía pensar todo fríamente.

AMOR A TIEMPO  (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora