Capítulo. 32

915 91 7
                                    

Demonios ¿y qué le digo ahora?.

La verdad Paulette, la verdad. Es lo mejor que puedes hacer.

—Es complicado Ares.

—Tenemos toda la tarde libre- me mira serio y con su ceja levantada interrogandome con la mirada.

—Todos estos viajes han sido para investigar quien hizo que mi condición empeorara. Pero te juro que lo de las actividades eran para pasar tiempo contigo.

—¿O sea que en realidad hemos estado viajando para investigar sobre alguien que ni conocemos y no para pasarla monótonamente bien?.

—Si pero no, la hemos pasado bien juntos y yo hago mi trabajo mientras la pasamos bien.

—No me agrada esto Paulette.

—Lo sé.

—¿Desde cuando me has estado mintiendo?- pregunta y doy un paso adelante.

—Desde que salimos del hospital. Era la cuartada perfecta para investigar en todos los lugares posibles.

—¿Ya sabes quien es o una pista más o menos? - niego decepcionada- te ayudaré, pero sin mentiras esta vez - extiende sus brazos y me escondo en ellos sintiendo seguridad.

Ironico, una asesina y caníbal en serie sintiéndose segura en los brazos de un humano que no sería capaz de cortarle un dedo a alguien. Que cosas ¿no?.

—No quiero que te metas en esto Ares- murmuro contra su pecho.

—Yo me uní a tu mundo el día que te hablé por primera vez.

—Muy tonto de tu parte por cierto.

—Yo pienso que fue lo que necesitaba.

~°~

—Podemos ir despacio, creo que rompí mi zapato.

—No podemos detenernos Ares, si lo hacemos perderemos el avión hacia Londres- corro por los pasillos del aeropuerto- dije que llegaríamos temprano y me quedé dormida.

Llegamos al avión y rápidamente nos subimos. Mientras llegábamos comenzamos a planear colo le haríamos para atrapar al culpable.

—¿Tienes sospechas de alguien?- pregunta golpeando la libreta seguidamente con el bolígrafo.

—Las tengo, pero son poco certeras así que no tenemos nada.

—Estamos en cero de nuevo- deduce y asiento.

Llegando a Londres nos hospedamos en un hotel familiar y de allí partimos hasta un bar que había cerca. Debía pensar en posibles culpables y sus razones.

Para mi seria todo el mundo, soy muy poco querida por la sosas que he hecho pero muy respetada. No me arrepiento de nada pero en estas situaciones me hago dudar.

—Buenas noches, ¿que desea de beber dama?- alzo mi mirada y me encuentro con un chico pálido, parece enfermo y no me da mucha confianza.

—Deseo que aquel chico me atienda- señalo al chico a su lado- disculpeme, tengo gustos específicos.

—No se preocupe- dice con cierta molestia y entrecejo mis ojos sospechando.

—Quisiera un vino tinto- pido y el chico asiente amable para retirarse- no confío en el pálido- miro a Ares y este voltea a ver al rubio.

~ Eres mi secreto más evidente ~ [Ares Hidalgo y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora