Aquella era una vibrante y luminosa tarde de primavera en París, la ciudad como siempre estaba llena de turistas de todas partes del mundo, los cafés y los bares a reventar. Candice caminaba con aire despreocupado. Solía hacer el mismo recorrido todas las tardes, desde Rue Víctor Cousin, hasta su casa. Pero ese día se desvió, y supo que debía apresurarse, cuando miró su celular y vio la hora. En cuestión de minutos estaba finalmente llegando a su destino, tocó el intercomunicador y una voz masculina del otro lado contestó:
— Bonjour!
—¿Staer? Soy Candice.
—Candice hola, sube —dijo la voz masculina al otro lado del citófono.
La puerta se abrió luego después de un crujido y la rubia entró apresurada, escaleras arriba. Cuando llegó al tercer piso ya un chico de cabellos castaños y anteojos la esperaba.
—Hola, ¿Ya terminó la sesión? —Interrogó ella jadeando.
—No, aún trabaja, pasa hay café y pastelitos, creo que nos falta una hora más todavía —le explicó Stear.
Entró al estudio tras Staer, en silencio caminó hasta el fondo para sentarse en el escalón de una pequeña escalera de madera, que iba a un lugar que ella desconocía, quizás una pequeña buhardilla. Ahí esperaría hasta que su amiga Patricia O'Brien terminará con su trabajo, era la fotógrafa.
Candice sacó de su mochila un libro y comenzó a leer, subrayando todo lo que le parecía importante recordar. Absorta en aquello, no reparó ni en las modelos que iban y venían, ni en el único hombre además de Staer que estaba en el lugar.
Leyó por una media hora, sin percatarse de nada a su alrededor, hasta que sintió ganas de tomar un café. Se levantó de la escalera y se acercó a la mesa del catering. Mientras se servía la bebida vio que había una mujer rubia muy elegante caminando de un lado a otro hablando por el móvil. Parecía tener una discusión. Su tono le pareció arrogante y tremendamente antipático. Se imaginó que además debía ser muy vanidosa. Stear se acercó a ella también por un café.
-¿Candice viste quién es el modelo? —le preguntó el chico.-No, quién es, alguien famoso —preguntó ella, al tiempo que volteaba a ver finalmente al modelo.
- ¡Terence Graham!
- Y quién es Terence Graham. No tengo ni la menor idea de quién es — dijo sin darle importancia.
-Es un modelo en ascenso, conozco a su agente y la persuadí para que Patricia hiciera esta sesión para un book que presentarán en Armani, buscan ganar un jugoso contrato.
-Ya veo, si es bueno para Patricia, me alegra —dijo ella despreocupada.
En ese momento la rubia elegante le hizo señas a Stear para que se acercará a ella y él se disculpó con Candice por no poder seguir hablando. La mujer era Susana Marlow, la agente y publicista de Graham, y quien había contratado a Patricia para hacer las fotos.
—Debó tomar un vuelo a Milán en una hora. Me gusta lo que he visto hasta ahora, tu novia tiene talento. Nos veremos en unos días. Debo ir a firmar un contrato de otro de mis modelos — le explicó la rubia.
—Gracias Susana, sabía que Patty no te decepcionaría, ella es una chica muy talentosa como hasta podido ver, tiene un estilo muy particular. Me alegra que que estes contenta con lo que has visto. Espero que tengas un buen viaje — le dijo Staer, satisfecho por comentarios.
Mientras esto ocurría, Candice de nuevo sentada en la pequeña escalera, observó por minutos la escena que su amiga fotografiaba. <<Entonces este hombre es un súper modelo, de verdad es muy guapo>> pensaba abstraída, contemplando los rasgos de su rostro, el cabello, los ojos profundos, sus pobladas cejas, los labios delgados y, pero definidos, las manos nervudas. Hasta que descubrió que él también la miraba, y dio un salto, arropada por la vergüenza de sentirse descubierta. El rubor en sus mejillas encendidas la delataba, y él pudo percibirlo. Volvió velozmente a su lectura, rogando que fuera una suposición, que en verdad este apuesto hombre no la hubiese sorprendido examinándolo como lo hacía.
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Un (Des) afortunado amor en París
FanfictionUna historia de amor que nace en París entre un ladino top modelo en ascenso llamado Terence Graham y una sencilla chica de Chicago, llamada Candice Ardlay. Los personajes de Candy Candy son propiedad de Keiko Nagita. Esta es una obra sin fines de...