"Hay almas a las que uno tiene ganas de asomarse, como a una ventana llena de sol"
Federico García Lorca.
Candy se quedó mirando hacia el cielo, y trató de calcular la cantidad de pisos y departamentos que tendría el edificio herencia de los Ardlay.
-Veo que no soy el único sorprendido, le dijo Terry mirando también de arriba abajo. Está muy bien ubicado, la calle es bonita, mira hay restaurantes, tiendas, me gusta, es tan bonito como Hyde Park.
-Si, estamos cerca de todo, podemos ir caminando a la Water Tower Place, al parque Washington. Reabrieron Broadway Playhause, creo que no te lo había dicho.
Candy volvió a mirar hasta las alturas del edificio.
-Papá no podrá con esto, es decir ha decidido llevar una vida tranquila, aunque eso implique no tener un dólar de los Ardlay en el bolsillo, siempre rehuyó a este tema de los negocios, las empresas, el dinero.
-Pero no te mortifiques, hay personas que se encargan de administrar edificios enteros, seguramente tu Tío Georges lo sabe, incluso debe ya tener una administradora, entremos ya, averigüemos.
La pareja conversó con el conserje, el empleado estaba al tanto de que un miembro de la familia Ardlay iría al lugar, y le indicó algunos de los departamentos desocupados.
Fue fácil decidirse, era un lugar espacioso, con dos habitaciones cómodas, un baño en el pasillo, sala y cocina separados. Muy iluminado, y eso le parecía muy importante a ella que caminaba en silencio tocando las paredes a su paso, deteniéndose en cada espacio observando el techo, el piso de madera. Era un lugar bonito, que necesitaba arreglos, pintura, algunas plantas, en fin. Habría trabajo que hacer si se decidía a mudar ahí.
- ¿Qué te parece? Le preguntó Terry.
-Si, me gusta, pero necesitará trabajo, reparar algunas cosas, pintura, tú qué piensas.
Él la tomó por la cintura, y acercó su rostro al de ella.
-Creo que yo puedo ayudarte con todos esos arreglos, si es que quieres mudarte aquí. Puedo reservar unos días para venir y darte una mano con todo esto. Comenzó a besar su cuello, mientras continuaba hablando. -Si te mudas aquí vendría más a menudo a Chicago, le dijo en susurros. Sus manos traviesas comenzaron a acariciar los rizos dorados, su espalda, luego la asió más hacía él y la levantó de un impulso, trepándola sobre su cuerpo, apretando sus muslos debajo de la falda de lana, estaba totalmente excitado. Entonces con pasos agitados la llevó hasta la isla de la cocina, para saciar las ansias que tenían mutuamente de hacerse el amor.
Se quedaron un rato sentados en el piso de la cocina, ella recostada al cuerpo de él, en medio de su cuerpo.
- Quieres vivir aquí conmigo, le preguntó ella mirando los azulejos de la pared.
- ¿Me estás pidiendo matrimonio? Debes hincarte pecosa.
-! Terry! No, no quiero casarme.
-"Ganarías un hombre enfermo, débil, insociable, taciturno, triste, rígido, casi desprovisto de toda esperanza, cuya tal vez única virtud consiste en que te quiere", esa fue la propuesta de matrimonio de Franz Kafka a Felice Bauer, ¿lo sabías?
-Lo sé, no de memoria como tú. Pero no eres un hombre ni enfermo, ni débil, si un poco taciturno, un poco insociable, desprovisto de simpatía a veces, un poco arrogante, con algunas obsesiones...
- ¡Candy! ¿Tengo alguna virtud?, dijo mientras le hacía cosquillas en la cintura.
-Muchas, pero te aceptó con todos tus defectos si tú aceptas los míos, ¡ya déjame, que molesto! Para de hacerme cosquillas, le decía ella sin parar de reír.
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Un (Des) afortunado amor en París
FanfictionUna historia de amor que nace en París entre un ladino top modelo en ascenso llamado Terence Graham y una sencilla chica de Chicago, llamada Candice Ardlay. Los personajes de Candy Candy son propiedad de Keiko Nagita. Esta es una obra sin fines de...