"No te pido que me ames siempre así, pero te pido que me recuerdes. En algún lugar dentro de mí siempre habrá la persona que soy esta noche" (Francis Scott Fitzgerald).
Eleanor con ayuda de Candy logró convencer a Terry de ir a la fiesta de cumpleaños de su padre. Él se lo había prometido a ella, y para honrar esta promesa, a pesar de que lo había abandonado en París hace unos dos meses, no declinó, fue a Londres y procuró el acercamiento con Richard Granchester.
Había desistido de llamarla, a pesar de que su madre trato de disuadirlo para que no dejará de insistir con ella. Eleanor no necesitaba más para saber que esa chica era el amor de su vida. Había provocado en él un cambio extraordinario. Solo el hecho de tenerlo en Londres, quedándose en casa, haciendo las paces con su padre. Era más que suficiente para ella. Así que lamentó profundamente que por culpa de Susanna Marlow esa relación estuviese rota.
Encontrándose precisamente en medio de la celebración, rodeado de políticos y miembros de la clase alta londinense, fue que Terry recibió la llamada de Albert. Con quien no hablaba desde hacía un mes aproximadamente, cuando tomó la determinación de no insistir más en sus intentos por lograr hablar con ella.
Al reconocer el número se apartó del bullicio, por un momento llegó a pensar que podría ser Candy, por eso su corazón dio un salto expectante. Sin embargo, luego de escuchar la voz de Albert vinieron sentimientos de decepción y luego de angustia. Requirió de unos segundos entender las noticias que le daba, confundido y desconcertado buscó a su madre para contarle aquello, volvió al salón y al localizarla le pidió ayuda para salir los más rápido posible al aeropuerto para tomar un vuelo a Chicago.
"Debes calmarte" le decía una y otra vez Eleanor cuando desesperadamente recorría los caunters de las aerolíneas buscando un asiento. Perturbado como estaba era difícil para él mantenerse tranquilo y manejar la frustración que le producía no encontrar la forma de volver con ella lo antes posible como lo deseaba.
—Cálmate Terry, no lograrás nada así, debes sentarte aquí y respirar. Tu padre conseguirá algo. Sólo siéntate y respira —le dijo por segunda vez Eleanor, mientras lo tomaba por el brazo y lo conducía a una silla en la sala de espera y su hermana Charlotte insistía en que tomará algo de agua.
Finalmente él aceptó sentarse. Richard quien, al ver el estado de turbación de su hijo, abandonó su propia fiesta para junto con Eleanor y Charlotte acompañarlo al aeropuerto, se encargó de insistir en las aerolíneas hasta que finalmente logró conseguir un puesto, gracias a que un pasajero no se presentó para volar.
Cuando por fin llegó casi al amanecer a Chicago, fue directo al hospital como le había pedido Albert; entró corriendo dirigiéndose al mesón de información para preguntar por ella, sin embargo, fue Georges quien lo ayudó. Había pasado la noche junto a Albert, y estaba a punto de salir cuando se topó con Terry.
El modelo obnubilado por la desesperación y la incertidumbre apenas lo reconoció. Viéndolo en ese estado, Georges lo apartó para conversar con él y prepararlo para lo que iba a enfrentar.
—Terry, ella está mejor, sólo que tendrá que tomar muchos cuidados de ahora en adelante si quieren que todo salga bien —le explicó el buen hombre.
—Disculpé Georges, qué pasa con Candy a dónde está, Albert sólo me dijo que viniera, luego no pude comunicarme con él, no entiendo nada de lo que está pasando. Dígame ella está bien.
Georges entendió que Terry aún no sabía nada y decidió acompañarlo, subieron al ascensor y luego de caminar por un pasillo, encontraron una sala de espera y Albert allí, con el rostro desencajado por el cansancio.
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Un (Des) afortunado amor en París
FanfictionUna historia de amor que nace en París entre un ladino top modelo en ascenso llamado Terence Graham y una sencilla chica de Chicago, llamada Candice Ardlay. Los personajes de Candy Candy son propiedad de Keiko Nagita. Esta es una obra sin fines de...