Matrimonio. - GI.

Sara Kujou

– Fue en ese momento que.. me distancie de aquellas ambiciones propias que sentía. mi familia me obligó a seguir su régimen, sus sueños que se habían convertido en los míos por un momento creí que.. complacerlos me haría sentir bien y le traería paz a mi padre. –

Sara abrazaba sin remordimiento sobre el pecho del viajero con la mirada distraída, aquél chico no podía hacer nada más que acariciar su cabeza escuchando sus agrios comentarios.

– Pero veo que me equivoque, me cege tanto creyendo absolutamente en los Kujou que cuándo la sacerdotisa Miko mostró su traición a la Shogun. sentí una frustración muy grande y.. corrí sin pensarlo hacia el palacio buscando respuestas. fue una mala coincidencia encontrar esa mujer amenazando a nuestra arconte. – Sara decepcionada miró hacia el suelo sin despegarse.

– Le tienes mucho cariño a la Shogun Raiden. ¿no? – Aether sonrió ligeramente haciendo que ella lo miraba.

– D-Disculpe, mi Tenno. no quería faltarle el respeto. –

Tenno es emperador.

Ella quiso separarse pero fue negada por las caricias a su cabello buscando tranquilizarla.

– La Shogun Raiden me salvo, fue hace mucho tiempo que casi no recuerdo. – Sara cerró sus ojos de manera poco brusca.

La visión que hacía en su cadera comenzó a brillar con intensidad respondiendo a sus recuerdos dolorosos.

Fue hace mucho tiempo.

Flashback - Tengu Sara.

La vida en Inazuma siempre fue difícil en variados aspectos, la captura de visiones y el bajo régimen del Shogunato hacia de este lugar una región privada de varias necesidades.
La amabilidad no existía, e incluso en los peores lugares donde el mundo se cae a pedazos; la inocencia no deja de existir.

Bajo las oscuras nubes de la isla Kannazuka. una pequeña niña abre sus rasgadas alas observando su panorama.
Su estómago gruñe mientras frota sus ojos. su rostro está rasguñado al igual que sus brazos.

La pequeña Tengu suspira con devoción con un único pensamiento. "¿podré comer el día de hoy?"

Inazuma siempre fue un peligro para cualquier persona, las lluvias intensas que causaban frío en las noches sin contar los hostiles enemigos enfurecidos por el ambiente que los hacían atacar a cualquier ser vivo.. incluso ante ellos mismos.

Sara caminaba por un sendero mohoso cubierto por la lluvia que descendía, su cuerpo temblaba de frío por sus ropas gastadas. quería llorar pero el hambre era lo que acaparaba su pensamiento.

– Ngh. Tengo que llegar a un lugar cálido o.. moriré de frío y hambre. –

La pequeña Sara miraba hacia los lados buscando un refugio, las casas a su alrededor parecían estar abandonadas o destruidas sin techo alguno para protegerse.
Tan pronto perdía las esperanzas y cedía al frío visualizo una figura a lo lejos; un hombre de estatura promedio que parecía temblar de igual forma por la lluvia helada.

Sus esperanzas ascendieron un poco, ella corrió hacia la persona con una amplia sonrisa. quizá aquella persona lo ayudaria a encontrar un refugio, tal vez podría encariñarse con ella y volverla de su familia. a este ritmo no le importaba quien fuera solo que él la ayudara a no pasar hambre y frío.