Matrimonio. - GI.

Problema.

Hubo un silencio frío, la respiración de la Kujou fue presente al temblar por la presencia de ambos. se sentía intimidada por su temible  aura parecida a los mayores de élite.
Era tan parecida al aura eléctrica de la Shogun Raiden.

– Lo repetiré una vez más, exegimos su presencia en este instante. –

Barbatos cerró su puño en dirección a Sara causando una ráfaga de aire cortante, pesada causando que sus ropas largas se movieran de forma violenta.

No era capaz de reaccionar ante los ataques de sus aparentes enemigos.

– BASTA. –

Traspasando la ráfaga cómo una rápida flecha violenta hacia el bardo pequeño; el sonido de un golpe directo detuvo el viento causando un permanente silencio.

– ¿¡Acaso estás loco!?, ¡no trates de matarnos, bardo de pacotilla! –

Paimon, quién valiente o.. familiarmente había golpeado al bardo deteniendo el desastre.
La presión en el corazón de Sara desapareció sintiéndose libre por la llegada de su amiga e confidente.

– Tehe.~ –

Solto de forma divertida cerrando su ojo izquierdo.

[N O S E  H A C E R  T R A N S I C I Ó N E S]

Mediante la sinfonía de su voz temblorosa, su cuerpo sudado se movía al compás de unos dulces susurros de sus labios. incapaz de hacer ningún movimiento; alzaba su cuerpo permitiéndole al chico besar cada extremidad de su piel. cada mínimo rincón siendo explorado por él. haciéndola suya con cada beso, cada caricia recibida a su cadera o piernas la estaba volviendo loca.
Sentía el calor de su cuerpo descender hacia sus genitales.

Aether tenía un dulce color en sus mejillas. sus dedos exploraban la sensibilidad de su piel permitiéndole tener una vista amplia de lo que ahora le pertenecía..

Alzó su rostro mirándole directamente.
Ella se encontraba en una posición que revalaba su cuerpo completo, extendido con su pecho moviéndose constante por su respiración.

Todo eso le pertenecía a él. sonrió acercándose con ligereza hacia Ei, apegándose casi a su cuerpo ambos podían sentir e escuchar la respiración del otro.

KNOCK KNOCK.

El estruendo fue fuerte para hacerlos mirar hacia atrás directo a la puerta.
Aether gruñó ligeramente mostrando sus dientes.

– Discúlpenme.. Tennou, Shogun-sama.. hay dos personas que exigen su presencia. –

Sara habló a través de la puerta haciendo extrañar a ambos. sin esmerar fue Aether quién abrió la puerta corrediza saliendo al instante e cerrandola de inmediato dejando a Ei adentro.

Abrió sus ojos un poco en impresión. directo hacia su sala, miró a sus compañeros de viaje, amigos. incluso podía llamarlos familia. justo con una sonrisa amplia al ver su presencia.

– Que.. Sara. ¿podrías darnos un poco de privacidad? – Él la miró con tranquilidad.

– Cómo ordene, mi Tennou. – Sara se inclino un poco antes de salir de la sala.

– ¡TABIBITO! –

Casi de inmediato, Aether abrió sus brazos ante el repentino abrazo de Venti lanzándose a él. casi cómo un pequeño niño que no había visto a su madre en días, el bardo se apego a él.