Día 18. Abrazo

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Estos dos últimos días ha salido todo tan mal, terriblemente mal, horripilante y más sinónimos por mencionar.

Stark estaba trabajando en una nueva Inteligencia Artificial que próximamente saldría a la venta, a pesar de su arduo trabajo, las cosas no salían como correspondían, sin olvidar mencionar que Viernes mostró un par de errores y, por lo tanto, debía arreglarlo también.

...si tan solo hubiera podido, pues, Capitán América le encomendó para una misión sumamente importante acompañado de Romanoff y Barton. La misión se alargó lo suficiente como para que en la noche del segundo día, en el Complejo, llegó a tirarse al pie de la cama.

Su cabeza estaba que quería estallar, el estrés por su trabajo habitual y el de Los Vengadores le estaba haciendo pagar con dolor de cabeza y un posible ataque de ansiedad del que quería deshacerse, pero la ansiedad no se quitaba con tan solo pedirlo.

Con desespero, Tony tomó asiento en su cama con tal de agarrar una almohada y abrazarla con fuerte, podía sentir cómo sus ojos dolían y tenía inmensas ganas de llorar, no estaba triste siquiera pero tal enfermedad era un tormento.

—Debo suponer que no están bien las cosas, ¿es así?

La voz que hablaba era la de Doctor Strange, desde el marco de la puerta de la habitación, con un rostro notablemente preocupado por su querido.

—Stephen —pronunció en un hilo de voz, maravillándose con la visita sorpresa. No podía sonreír como siempre lo hacía, pero tenía las fuerzas para levantarse de la cama e ir hacia él—, me alegra que estés aquí.

—No respondías mis mensajes ni llamadas —dijo Strange, abrazándolo tan pronto sus cuerpos se unieron. Tony conseguía esconderse en el cuello del más alto, sintiéndose protegido por los brazos del hechicero—, me preocupé y vine tan pronto pude desocuparme. ¿Estás bien, amor?

—Ahora lo estoy, cariño —murmuró, tratando de evitar que su quebrada voz se expusiera.

El castaño abrazaba con fuerza, aferrándose al cuerpo y vestimenta del pelinegro, solo así pudo conseguir que su corazón regulara sus palpitaciones y sensación de falta de aire se marchara.

—¿Es ella de nuevo? —Strange, como un médico, preguntó. Pero también estaba al pendiente de los malestares de su pareja, por eso mismo, no impedía el abrazo, ni mucho menos acariciar su cabeza, brazos y espalda. Stark asintió, echando un sentimental suspiro— Está bien, cariño, ya estoy aquí.


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Comentario de autor:
Todavía detesto mucho cómo en Iron Man 3 la ansiedad de Tony fue motivo de chiste ):

TULIPÁN | IRONSTRANGE FLUFFTOBERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora