Capítulo 22

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Me volví a sentar y vi que L me estaba mirando fijamente mientras se mordía el dedo. ¿En qué estaría pensando? 
Entró el profesor, y mientras aquel molesto compañero se levantaba del suelo para dirigirse hacia su mesa, se acercó a mí y me dijo en el oído "Te espero fuera." y se fue.

¿Qué? Me quedé mirándolo extrañada. ¿Se suponía que iba a pegar a una chica? Comprobé si L todavía seguía observándome, y en efecto, aún continuaba. Ya no era tan molesto como antes, a decir verdad.

Cuando terminó la clase, me levanté y fui hacia la cafetería. L me estaba siguiendo.
-¿L? -le dije.
-¿Si?
-Etto... ¿qué haces?
-Voy contigo. -¿de verdad?
-Light no puede verme contigo, ¿recuerdas?
-Oh, cierto. Ja, nos vemos más tarde. -se despidió con la mano y se dirigió hacia el patio. Miré por la ventana y vi que se sentaba en un banco a leer. Obviamente su extraña manera de sentarse asombraba a todo el mundo.

Llegué a la cafetería, y ya que no tenía mucha hambre, solamente me pedí un refresco y fui a buscar a Misa.
-¡____! -gritaron desde la otra punta de la cafetería. Era Misa.

Me dirigí hacia su mesa, y con ella estaba Light sentado. Él me echó una mirada asesina y continuó leyendo (sí, también estaba leyendo). 
-¿Qué tal? -preguntó Misa.
-Bien, algo cansada.
-¿Cansada de qué?
-Pues no lo sé, creo que anoche no dormí muy bien. 
-Mõ, ____, tienes que cuidarte más. -sonreí. Misa siempre se preocupaba mucho por mí. Era mi mejor amiga, sin duda.
-Tranquila, hoy descansaré más, te lo prometo. -le dije sonriendo. Sonó la campana. Tenía que volver a clase.

-Ja, ¡mata ne! -se despidió Misa, mientras se aferraba al brazo de Light. 

Fui caminando tranquilamente hacia clase, cuando unas manos muy fuertes, seguramente de hombre me cogieron de los brazos y tiraron de mí hacia atrás. Me taparon la boca haciéndome imposible el gritar, y me llevaron detrás de la preparatoria, donde no había nadie.
-Mõ~, warui*, dije que vinieras al final de clases, ¿no? -yo continuaba con la boca tapada, así que no hice ningún gesto.  -Oi. ¿podrías dignarte a mirarme? -se acercó a mí y me levantó la barbilla, obligándome a mirarlo. Viéndolo de cerca, no era feo del todo. 

Aparté la mirada de él como pude, pero él insistía. Al haberme agarrado de esa manera, se había desabrochado bastante la camiseta del uniforme, dejando al descubierto mi escote. Noté que él estaba mirando hacia abajo mientras sonreía. Tsc. 

Volteé la cabeza, pero me agarró de nuevo y me miró, sonriente. Después de eso le dijo a sus "amigos" que se retirasen, y nos quedamos a solas.
-Ja... ¿que podría hacer contigo? -continué inmóvil. Sabía que no podía escapar de él fácilmente, ya que estaba realmente cansada, y creía que iba a desmayarme. Comenzó a acercarse a mí y me lamió el cuello. Me estremecí, como siempre hacía. Ese gesto era muy... débil.

Al parecer, él lo notó y continuó bajando. En ese momentó alguien pateó la espalda de aquel chico, dejándolo tirado en el suelo.

-Oi. -dijo esa voz dirijiéndose a él. ¿Anata wa nani o shite iru nodesu ka?** -él levantó la mirada  y miró a aquel chico con asco.

No pude fijarme muy bien en quien era, pero lo sabía perfectamente.

*Lo siento, perdón.
**¿Qué estás haciendo? ¿Qué tratas de hacer?

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