Capítulo 24

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Me estaba duchando en casa de L. De nuevo. Y no tenía el móvil aquí. 
-¿____? -me llamó L.
-Eh... ¿sí?
-¿Puedo pasar?
-¡E-Espera...!  -dije mientras salía corriendo de la ducha a cubrirme con una toalla. -Vale... pasa.
-Te dejo aquí la ropa limpia, ¿de acuerdo? -y salió.
-Vale. -ya había terminado de ducharme y como suponía, L simplemente me había dejado una camiseta blanca de las suyas. Me sequé y me la puse (poniéndome mi ropa interior de antes, claro). 

Salí del cuarto de baño y fui hacia el salón, a ver que estaba haciendo L. Al parecer estaba esperándome. Miré por el enorme ventanal del salón y vi que ya no estaba lloviendo tanto, podía volver a casa. 
-Etto, Ryuzaki, ya no llueve tanto, me puedes prestar un paraguas y puedo volver a mi casa.
-Puedes quedarte y esperar a que termine. 
-Light estará muy enfadado, me dijo que no me moviese de la enfermería. 
-No creo que se enfade tanto contigo.
-Sí lo hará, será mejor que me vaya. -al darme cuenta de que dejé mi uniforme en la secadora ya que estaba mojado, tendría que esperar un poco, y me senté al lado de L. 
-Esperaré a que se seque mi uniforme y me iré. 
-...de acuerdo. -dijo L, pero él obviamente quería que me quedase. No podía quedarme otra vez con él, no me quedaban excusas razonables. 

Me levanté y  fui hacia la cocina, tenía sed. 
-¿Quieres algo de beber? -pregunté dirigiéndome hacia L.
-No, tranquila. -y caminé hacia la cocina. 

Cogí una botella de agua, y me serví un vaso. Al beber, comencé a sentirme mareada, y empecé a tambalearme. Intenté leer la etiqueta, y eso no era agua. Licor. Probablemente de Watari. 
           Caminé mientras me tambaleaba hacia el salón, viendo como L se quedaba mirándome extrañado a la par que divertido. 
-¿Qué has bebido? 
-Esa botella que había en la encimera... *hip* 
-¿No viste la etiqueta, verdad?  
-N-No... *hip* -L empezó a reírse. 
-Vamos, tienes que descansar un poco. -me cogió en brazos y me llevó a su habitación. 
-Pero no tengo sueño~. -me quejé. Yo misma notaba que estaba actuando extraño, no parecía yo. 
-Ahora tienes que descansar o mañana te dolerá la cabeza. -me dijo de nuevo. 
-Pero que no tengo sueño~~. -me quejé otra vez, mientras pataleaba en la cama como una niña pequeña. 
-Ey, si no duermes, me enfadaré contigo. -dijo y me miró muy serio.
-Vaaaale. -acomodé la almohada y estiré las sábanas. 
-Bien. -dijo sonriendo.
-Ne, Ryuzaki~ 
-¿Hm? -le besé. 

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