Koi No Hana [🍃Urasaka 🍁]

4.- CAPULLO

El frío aumentaba conformé avanzaba diciembre.

Ya era imposible dormir sin mantener la calefacción encendida durante la noche.

El cubrebocas que utilizaba solo en videos, había pasado a ser indispensable en la vida de Urata, al punto de tener diversos colores y diseños.

—Para combinar el outfit— menciono Luz alguna vez.

Solamente porque habían pasado dos semanas, y Urata no sentía mejora alguna.

Eso y casi se acababa el año, lo cuál significaba, ver a Mafumafu estresado por los conciertos de año nuevo.

Y era extraño; porque si Mafu estaba estresado, el resto de sus compañeros también se estresaban.

El staff.

Sakata.

Soraru.

Principalmente Soraru, que se volvía más y más apático, pero nunca negaba nada que Mafu le pidiera.

Urata sabía que el estrés también estaba afectandole.

Se sentía cansado.

Le dolía la espalda.

Y aún sentia esa molesta opresión en el pecho.

Pero ahora no era momento de preocuparse.

Eso era lo que se repetía constantemente. Casi como un mantra.

—No te preocupes, estás bien. Todo está bien. La medicina pronto funcionará.—

En el momento en que le daba un ataque de tos, eso se decía a sí mismo. Al tiempo que tomaba un par de analgésicos.

Solo así se sentía más soportable el dolor.

La prioridad era que el concierto de "SoraMafuUraSaka" concluyera satisfactoriamente.

Los días ahora iban en cuenta regresiva para que terminara el calendario.

Ensayos, pruebas de escenario, luces y sonidos.
Sesiones exhaustivas de baile y coreografía.
Pruebas de maquillaje y vestuario.

Todo era un turbulento caos.

Un controlado y turbulento caos.

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Amigos y fans mostraban su apoyo en redes sociales.

Mandando buenos deseos. Ansiando que por fin sea el concierto.

Eran cosas simples que animaban a Urata.

Se seguía esforzando.

Por ellos...

... Y por si mismo.

Por qué es lo que le apasiona hacer.

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El 31 de diciembre no fue diferente a como solía amanecer últimamente.

Frío

Gris

Seco

Triste.

Cosa que nadie notó.

Ya era el gran día y, en contraste al ambiente invernal, dentro de camerinos todos se sentían entusiasmados.

Aún el staff seguía corriendo de un lado a otro afinando los últimos detalles.

Mafumafu no paraba de checar continuamente que los instrumentos estuvieran afinados.