Era viernes por la mañana.
El vagón del tren se vació casi en su totalidad al llegar a la estación, la nieve había empezado a caer con lentitud sobre las ciudad desde muy temprano.
Sentado en un banco cerca del andén, Urata observaba en silencio el fluir de la gente que se apresuraba entrando y saliendo de la estación. Una traviesa brisa fresca atravesó por dónde se encontraba, haciendo que ocultara su nariz y mejillas dentro de la suave bufanda que protegía su cuello.
Nuevamente checo la hora. Las 7 am.
Resoplo un poco impaciente, el frío transformó su aliento en vaho. La emoción lo había impulsado a salir antes de la hora, su tren no salía hasta las 8 de la mañana.
Su equipaje se encontraba a su lado, junto a una mochila; su agenda se encontraba en ella junto a la guía de viajes . Urata no quería ver las especialidades que recomendaba la guía, seguramente al ser lugares turísticos estos estarían llenos de gente. El prefería pasear un poco y encontrar joyas escondidas.
Esos pequeños locales y establecimientos que eran poco conocidos. O recónditos paisajes que solo los lugareños disfrutaban.
La guía solo lo ayudo a trazar una ruta de viaje. Lo que ocurriera en esa ruta tenía que ser espontáneo.
Mentalmente repasó la lista de pendientes para verificar si no había olvidado nada en su departamento, esperaba qué no.
El día anterior desconectó todo.
Acomodó todo lo que se podía acomodar.
Limpio lo que se tenía que limpiar
Había terminado la lavandería y acomodó toda la ropa limpia en el armario al igual que las sábanas y toallas. Su cama bien tendida y con el juego de cama igualmente limpio.
Ya no había nada sucio en su departamento, con los estantes acomodados y la alacena recogida.
Había cocinado con los comestibles frescos como carne y verduras para vaciar el refrigerador; era demasiada comida para él solo y después de pensarlo un poco, envío un mensaje al chat grupal que usaba con su banda y en poco tiempo tenía a la bola de latosos en su casa listos para comer.
Shima y Senra lo sorprendieron con unas latas de cerveza y otras bebidas, Sakata llevaba botanas y más comida.
Todos estaban muy animados.
Ya había pasado tiempo desde que no se reunían. Urata no supo si fue intencional o no, pero nadie preguntó ni comentó nada sobre la apariencia y reciente aislamiento de Urata.
Tuvo especial cuidado en su vestimenta, usando ropa holgada para que no notarán su falta de peso, y un sutil maquillaje para disimular su enfermiza palidez.
¿Lo había logrado?
Observaba de reojo las expresiones de los chicos y por un corto segundo se encontró directamente con la mirada de Sakata enfocándose únicamente en su persona. Ni siquiera se molestó en esconder la mirada al verse descubierto, pues al contrario, solo amplio su sonrisa con alegría.
Urata solo tenía una expresión relajada y fresca devolviendo la sonrisa, nadie imaginaba que su corazón latía con fuerza, pues hacia todo lo posible para mantener a raya el creciente pánico que sentía.
¿Cuánto tiempo llevaba observándolo?
¿Por qué lo estaba observando tan insistentemente?
¡¿Se habrá dado cuenta?!
Sakata enfoco los ojos y acercó su mano a su cabeza, Urata estaba a punto de sufrir una crisis mentalmente. Para su alivio, solo le quitó algo del cabello.
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Koi No Hana [🍃Urasaka 🍁]
FanfictionLa única forma en que puedes ser lo más cercano a la persona más importante para ti sin temor a perderlo es siendo su mejor amigo, al menos es lo que piensa Uratanuki, una persona que a fracasado varias veces en el amor. Pero todo cambia repentiname...