Cap 5

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La tarde ya había llegado y junto a ella Mijares en casa, llega aún aturdido. Cierra la puerta en el más profundo silencio la última persona con la que quería encontrarse era Lucero, no tendría tanto valor para enfrentarse a ella después de conocer la bomba contada hace menos de una hora. Odiaba tener que ocultarle algo, entre ellos no había secretos y mucho menos mentiras, realmente temía tener un hijo y cómo lo afrontaría Lucero. Temía sobre todo por su relación. Con pasos lentos se dirige al dormitorio y encuentra a Lucero preparándose.

Hola mi amor, creí que hoy estabas libre -  se echa el perfume y se guarda el pijama -  He pasado la mañana memorizando mis líneas para un anuncio que voy a hacer mañana. Pensé que estabas fuera, ¿dónde has estado? - Ella se estaba pintando los labios de color nude y se detiene a mirarlo cuando nota su silencio - ¿Qué pasa Manuel? Está extraño.

Manuel, que estaba sentado mirando al suelo, apenas se dio cuenta de que ella le hablaba.

Hola? ¿Estabas hablando conmigo? Lo siento mi amor, y... Estoy muy cansado y creo que la presión del concierto que haré en el auditorio nacional me está poniendo un poco tenso. Necesito estar solo un rato y descansar - responde tratando de no tartamudear.

Se acerca a él y le abraza con un beso.

Muy bien mi vida, María dejó la comida preparada y se ha ido. Voy a salir con mi madre a hacer cosas de mujeres, cualquier cosa que quieras hacer, llámame. - Le da otro beso y se va hacia la casa de su madre.

En menos de una hora Lucero y su madre estaban en la sala de ultrasonidos. El médico estaba pasando un gel en el pie del vientre de Lucero, pasando el aparato haciendo ligeros y precisos movimientos, en la pequeña televisión que había en la habitación aparece una cosa muy pequeña no era muy visible pero era suficiente para que ella sintiera que su corazón se aceleraba.

Aquí están sus manitas que se están formando - señaló el médico - Por lo que veo será un niño o niña muy sano, claro que no se puede descuidar en este embarazo tan temprano. Todo cuidado es poco para un crecimiento saludable.

Lucero no puede ocultar sus lágrimas y se derrumba allí mismo.

Le recetan un medicamento y se va con su madre. Mientras conduce le cuenta a su madre la extraña forma de Mijares y su madre le da varios consejos.

Hija, no olvides que no es un hombre de hierro. Tiene sus días de cansancio y realmente debe estar ansioso por el concierto que hará en el auditorio, será un concierto para miles de personas y Manuel siempre se pone ansioso por estas cosas, tú deberías saberlo mejor que yo. - Mamá responde - Y estoy segura de que este bebé es todo lo que más quiere en este momento. Va a llegar en el momento justo y transformará la vida de ambos - Pone una mano en el vientre de Lucero - Ah, y asegúrate de que no note tu vientre duro cuando tengan sexo - Ríe

Mamá - se ríe Lucero - Es lo último que pienso hacer ¿sabes? Lejos de mi intención de herir a mi bebé, Manuel digamos que... no es una persona tranquila en estos momentos, se emociona demasiado y acaba siendo un poco salvaje - Se ríe y se avergüenza un poco.

Tener sexo es una santa medicina para el bebé, además de ayudar con los dolores que aparecerán durante el embarazo, mi amor. Hablo por mí, cuando estaba embarazada de ti lo hacía casi todos los días. Y tú has nacido fuerte y sana así que esto no es un problema, pero por supuesto dile a Manuel que quieres algo más relajado y él lo respetará. - Mamá aconsejó

Me alegro de tenerte como madre - sonríe de lado. 

Regresan a la casa, ya estaba oscureciendo, y en la entrada Lucero, como siempre simpática, atiende a unos fans que habían venido de Chile, gana regalos y se toma algunas fotos, estaba acompañada de su madre y de Alex (su asesor) en cuanto ve la aglomeración alrededor de ella se acerca. Se despide de los fans y se dirige a su casa.

Mamá se despide y Alex va a dejarla a su casa. Lucero entra y le parece extraño que la casa esté oscura

Manuel debe estar durmiendo y se olvidó de encender las luces - Piensa y sube las escaleras hacia el piso de arriba.

Se pregunta por qué no lo encuentra en ningún rincón.

¿A dónde fue? - Se detiene y piensa - Debe haber tenido alguna cita de última hora.

Mientras tanto...

Mijares estaba dentro de su coche frente a una lujosa casa. Miró la casa preguntándose si debía salir y solucionar los problemas de una vez o no.

Tengo y necesito hacer esto - Repitió mentalmente - No puedo dejar que esto me atormente para siempre.

Baja del coche y se dirige al timbre haciéndolo sonar, en pocos minutos aparece un niño de ojos azules casi verdosos. Sintió que el corazón le latía más rápido allí mismo y que las manos le sudaban como nunca, la mirada del chico, la forma de su cara era algo surrealista, era igual que verlo en su infancia con unos ocho o nueve años. En medio del ensordecedor silencio que se mantenía allí, una mujer, sí la misma del restaurante, aparece detrás del niño

Mamá, ¿quién es? - preguntó el niño 

Ah.... él, es un amigo de mamá. Entra y juega con tu pelota, mi amor, luego entraré a jugar contigo. - Le da un beso en la cabeza y él sale corriendo, ella lo sigue con la mirada hasta que lo pierde de vista - ¿Qué pasa? ¿Qué haces aquí? ¿Sacar sus propias conclusiones? ¿Has probado que es tu hijo?

Mijares se limitó a mirarla fijamente, incapaz de decir una sola palabra.

He.... realmente se parece a mí - Habla y se pasa la mano por la cara - Realmente no sé qué hacer, no sé cómo llegar a mi mujer y decirle que simplemente tengo un hijo. Esto es algo surrealista y yo siendo padre... no... ni siquiera soy bueno en eso, realmente necesito pensar en todo esto, necesito una manera de hablar con Lucero. Quizá después de mi concierto en el auditorio nacional el próximo sábado hable con ella y le lleve a mi show. Quiero que tenga el privilegio de ver mi concierto, hablaré con mi dirección para que los ponga en la zona VIP.

Manuel, si fui por ti no fue por dinero ni nada por el estilo, porque como puedes ver tengo una condición económica muy buena, tengo un problema de salud muy grave y el médico me dijo que viviera cada día santo como si fuera el último. Disfrutar de mi hijo y de mi familia, y mi mayor miedo es que me muera y no haya nadie que se quede con Daniel. Nadie en la familia se quedaría con él y le daría todo el amor, como sé y siento - Le toma la mano, mientras las lágrimas caen de sus ojos - que tú le darías. Por favor, no lo niegues, sólo entonces me iría tranquilamente.

Mijares la miró con tristeza.

Sí, me ocuparé de él. Te lo prometo - dijo.

La chica llamada Renata le invitó a entrar y quedarse un rato con Daniel para sentir al menos lo que era ser padre. Allí Mijares pasó la tarde hablando y jugando con Daniel. Cuando se dio cuenta de que el tiempo se acababa se levantó rápidamente y se fue, pero antes le pidió a Renata una foto de Daniel para tenerla consigo. 

Conducia por la enorme carretera y sintió una fuerte brisa en la cara, secando las lágrimas que insistían en caer, miles de pensamientos invadieron su mente

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Conducia por la enorme carretera y sintió una fuerte brisa en la cara, secando las lágrimas que insistían en caer, miles de pensamientos invadieron su mente. ¿Cómo podría aparecer un hijo en su vida del día a la noche? ¿Cómo podría decírselo a Lucero? ¿Cómo iba a entenderlo? ¿Cómo reaccionarían los fans y los medios? Ya no importaba nada, un sentimiento diferente de amor comenzó a brotar en su pecho. Sentía el amor de un padre.


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