Cap 6

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En la mansión Lucero ya caminaba de un lado a otro, mirando el reloj de su muñeca y volviendo su mirada preocupada hacia la puerta esperando verlo entrar por allí. Tiempo después Mijares aparca el coche en el garaje y se baja yendo hacia la puerta, abriéndola y viendo a su amada yendo hacia él con los brazos abiertos, abrazándole fuertemente con la respiración acelerada, se quedó mirando al suelo mientras los brazos de ella seguían rodeando su cuerpo, sus brazos se quedaron como estaban. Se sentía frío.

Mi amor, ¿dónde estabas? Por qué no has pasado una llamada? Estaba preocupada - Dice dando un último suspiro y besándole en la mejilla, hasta que se aparta notando el enorme vacío que hay entre ambos a pesar de estar tan cerca y juntos.

Permaneció en silencio. No mostró ninguna reacción.

No... ¿no dirás nada Manuel? - Le pregunta con cara de seriedad -Está bien, ya te cansaste y voy a respetar tu momento. - Le da otro beso en la mejilla - La cena está en el horno, mi amor. He hecho lasaña y ya me he comido un trozo.

Manuel consigue decir un simple y seco "gracias" y sube al dormitorio, en lugar de ducharse como de costumbre, se tumba en la cama y se queda allí durante largos minutos en la oscura habitación pensando en cómo había cambiado su vida de la noche al día. Esconderse, ¿sería la mejor solución?

No puedo ocultárselo, le prometí que nunca habría un secreto entre nosotros. Pero... no puedo acercarme a ella y decirle "Hola amor, buenas noches estaba en el restaurante con mis amigos y llegó una mujer con la que tuve una pequeña relación durante una semana, cuando aún éramos novios y nos tomamos un tiempo. Incluso después de haberte jurado que no estaba con nadie mientras tanto, mentí, sí, mentí, y ese fracaso mío la dejó embarazada y ese niño existe hoy. Es mi cara, por cierto. Pero no terminemos nuestra relación. Te lo ruego" No, debo estar loco, Dios mío. - Se sienta en la cama y se pone las manos en la cabeza.

Pasan algunas semanas. Aparentemente todo iba bien entre ellos, Mijares seguía visitando al niño todos los días y llevándole regalos. Había solicitado una prueba de ADN cuyo resultado saldría el mismo sábado por la mañana, incluso el mismo día del concierto. Estaba en la clínica, con ropa discreta y gafas de sol, le llaman a la sala y le entregan un sobre blanco cerrado. Respira profundamente y lo abre con calma leyendo.

"Teniendo en cuenta la coincidencia en al menos un alelo entre el supuesto padre y el hijo investigador (a), en todos los marcadores testados y una probabilidad superior al 99,999999%, se concluye que MANUEL MIJARES MORÁN es el padre biológico de DANIEL ORLANDO"

Debajo de las gafas de sol que llevaba en la cara, caían lágrimas sinceras. Dobla el papel y lo guarda en el bolsillo del pantalón. Había decidido esa misma noche, después del show contarle todo a Lucero, con todos los detalles. Ya lo había ocultado durante mucho tiempo.

Mientras tanto...

Mamá, hoy le diré a Mijares que va a ser papá -  dijo Lucero mientras hablaba por teléfono con su madre - Estos últimos días está un poco distante, pero estoy segura de que después de esta noticia mejorará al 100%. No puedo creer que esté realmente embarazada, me alegro de haber rechazado esa loca propuesta que me hizo la revista de Estados Unidos de no tener hijos durante siete años.

El día pasa pronto, llega la noche y con ella el espectáculo. Mijares estaba resplandeciente en el escenario, en el público cerca del escenario estaba Lucero mirándolo enamorada y vibrando con cada canción. Los ojos de Mijares se centraron en la gente que estaba en la parte superior del teatro, en la llamada zona VIP, y allí vio a su hijo de pie y bailando la canción que estaba sonando en ese momento, "Soldado del amor", uno de sus grandes éxitos. Cuando termina la canción se toma un descanso, y bebe un poco de agua que la producción trajo junto con un pañuelo con sus iniciales para limpiarse un poco el sudor de la frente. Vuelve a interactuar desde el público y llama a Lucero para que cante "Cuatro veces amor".

Siente que su corazón se acelera y se levanta, recibiendo los aplausos del público.

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