Odiaba el centro comercial pero a Aisha le encantaba, por lo que era ella quien nos guiaba a mí y a Baelfire de un lado a otra, entrando y saliendo de tiendas aleatorias, yo era más de las compras por internet.
Ya habíamos entrado a tres tiendas anteriormente, pero aún no habíamos comprado absolutamente nada, siempre había algo que le desagradaba a Aisha.
Justo ahora estabamos entrando a una sección de ropa para verano, en estos tiempos, hacía mucho calor por estos lados.
Yo me quedé sentada en uno de los sofás de espera mientras Aisha elegía la ropa para Baelfire, él la seguía con cara de aburrimiento.
Saque mi teléfono un momento y comencé a navegar por internet para matar el tiempo. No había nada que me interesé.
Mire a Aisha, sonreía emocionada mientras simulaba que le ponía la ropa a Baelfire para asegurarse que le quedará bien. Él por otro lado hizo una mueca de hastío cuando ella puso una camisa color amarillo en frente de él, reí al ver la escena.Casi una hora después íbamos saliendo del centro comercial, gracias al cielo.
Al final, Aisha había decidido comprarle toda la ropa de colores oscuros y a él pareció agradarle.
Estábamos de camino a casa, lo siguiente que haríamos sería comer algo y salir a investigar sobre el hecho de que Baelfire conociera a mi madre.
Aisha aparcó delante de mí casa. Para mí sorpresa, Bryce estaba sentado en la acera de enfrente de mi casa.
— ¿Y tú qué haces aquí? — preguntó Aisha apenas bajarse
— Tengo que hablar contigo, Rue — dijo
— ¿Conmigo? — me señale el pecho
— Si, contigo
Me miró de arriba abajo, ¿Por qué cada vez que hacía eso me estremecía?
Sonrió al notarlo y yo me maldecí por afectarme tanto.
Su sonrisa se esfumó cuando su mirada se enfocó en Baelfire detrás de mi.
— ¿Qué hace él aquí?
— Vino a pasarse un rato con nosotras — contestó Aisha al ver que yo ni siquiera me movía
— ¿Otra vez?
— ¿Qué problema tienes con él? — hablé por fin
— Últimamente pasa mucho tiempo conti... con ustedes — dijo
— Solo es un amigo — ¿Por qué le importaba tanto?
Hubo un silencio incómodo donde Bryce miraba con resentimiento a Baelfire, él solo me miraba a mi, como siempre, Aisha alternaba su mirada entre los dos, y yo, yo solamente estaba con los nervios de punta.
— En fin, no importa, ¿Rue podemos hablar? — Bryce hablo de primero
— Si, claro
Pasamos los cuatro a mi casa, Aisha y Baelfire se quedaron en el salón mientras que Bryce y yo íbamos a hablar a mi habitación.
— ¿Qué pasa? — dije mientras observaba como él cerraba la puerta detrás de sí
Cuando se volteó, se quedó mirando fijamente mis labios.
— Bryce, ¿De qué querías habl...?
Definitivamente no me esperaba lo que pasó después, definitivamente no me esperaba que me besará y definitivamente no esperaba el hecho de que había extrañado muchísimo sus labios sobre los míos.
Muy apasar de que quería apartarle y darle una buena bofetada en la cara, hice lo contrario, lo besé, lo besé eufórica, como si fuese el último beso que le diera a alguien, como si el mundo se fuera acabar mañana mismo, ¿Y saben qué? Me gustó, me encantó pero al mismo tiempo hizo que todo lo que había sufrido para poder lograr alejarme de él volviera a mi. Todos esos recuerdos de mi misma llorando en la cama, planteándome volver con él se hicieron presente.
Él bajó su mano a mi trasero y apretó una de mis nalgas fuertemente e hizo lo mismo con la mano que estaba en mi cintura haciendo que me pegará más a él, debido a esto un cosquilleo recorrió mi espina dorsal y me estremecí.
Yo rodeé su cuello con ambos brazos y llevé una de mis manos a su pelo, dí un ligero jalón a este. Me pareció escuchar un jadeo de su parte provocando que partes prohibidas de mi cuerpo palpitaran.
Sus labios se movían con agilidad y experiencia sobre los míos, sabrá Dios a cuántas chicas ha besado.
Agarró mi labio inferior entre sus dientes y mordió, dolió, pero fue un dolor placentero.
Él me apretó aún más contra él, luego nos separamos un poco, nuestros labios todavía se rozaban pero podíamos vernos a los ojos. Y fue como si un golpe de realidad me golpeara bruscamente.
¿Que cojones estaba haciendo?
¿Me había vuelto loca?
Esto no podía estar pasando, no puede ser.
Me recordé las una y mil razones que tenía para alejarme de él, aunque en realidad era solo una, pero suficiente como alejarme, yo iba a terminar enamorada de él -otra vez- pero él no de mi.
Imaginé millones de escenarios en los que se encontraba él con otras chicas haciendo lo mismo que hacía conmigo.
Solo él sabe con cuántas chicas habrá estado después de que yo me alejara.
De seguro solo ha vuelto porque se quedó sin opciones y yo solo soy la última.
Solo quiere un calentón. Solo quiere follar. Solo quiere mi cuerpo. Solo me quiere usar. Solo quiere jugar conmigo. Solo quiere romperme el corazón... solo quiere destruirme.
Y durante los próximos cinco segundos en los que nos mantuvimos mirándonos me repetí esas palabras en mi cabeza, para convencerme y obtener el valor suficiente de alejarme.
Pasados los cinco segundos, baje los brazos lentamente y deshíce el agarré en mi cintura. Dí unos cuantos pasos hacia atrás, la distancia suficiente como para no caer en la tentación. Inconscientemente miré hacia abajo y observé el gran bulto en su entrepierna, siempre había sido muy bien dotado, estaba claro que esto iba a ser difícil.
Apreté los labios y cerré los ojos durante un segundo.
“No dejes que te afecte demasiado, Rue”. Me repetía mi subconsciente.
Abrí los ojos y reuní el valor necesario para decir lo siguiente.
— No vuelvas hacer eso, nunca más — y con eso, salí de la habitación
Baje las escaleras rápido, quería llegar hacía donde está Aisha porque sabía que allí él no se atrevería a sacar el tema y mucho menos a protestar.
Apenas termine de bajar el último escalón, Aisha vino hacia mí y me miró de arriba abajo, lo mismo hacía Baelfire, pero desde el sillón.
— ¿Qué te ah pasado? Estás roja y agi... ¿Qué te hizo Bryce? — se puso muy seria al decir eso último
— ¿Bryce? Nada, no me hizo nada, solo quería... q-quería... perdirme perdón — balbuceé
— ¿Perdón? — pregunto confusa
— Si, perdón, por... por haber... por haber montado esa escenita el otro día — hablé al fin
— Oh, vale... vale — entrecerró los ojos pero luego se fue a sentar a su lugar — ¿Dónde está ahora?
— Fue al baño
Aunque, eso no era del todo mentira, seguro tuvo que haber ido para bajar su... pues eso.
Dos minutos más tarde, Bryce bajaba las escaleras malhumorado.
— Me voy — dijo solamente
Yo agradecí que ni siquiera me mirará.
Avanzó hacia la puerta, podía sentir sus pasos avanzar.
Yo estaba más calmada y cuando digo calmada me refiero a que ya no estaba tan caliente como hacía dos minutos.
Él se iría, todos estaría bien y con suerte este tema no se volvería a to...
Los pasos se detuvieron.
— Rue puedes venir un momento — dijo
Mi corazón comenzó a latir rápidamente, otra vez.
— Rue, Bryce te está hablando — dijo Aisha
Yo me levanté con las piernas temblorosas y me acerqué, pero no tanto, como dicen por ahí, “espacio de seguridad”.
— ¿Qué? — pregunté
Él miró por encima de mi hombre a Aisha y luego se acercó lentamente a mi oreja.
— Esto no se va a quedar así — susurró, su aliento golpeaba mi lóbulo — Eres cruel al dejarme así, pero ya obtendrás tu merecido
Se alejó un poco y depósito un pequeño y provocador beso con sus labios mojados sobre mi mejilla, muy cerca de mis labios.
Yo estaba tan pasmada que dí un respingo al escuchar el ruido de la puerta cerrándose.
— ¿Qué te dijo? — la voz de Aisha hizo que volviera a dar un respingo — Eh tranquila
— Nada, no me dijo nada
Subí a la velocidad de la luz a mi habitación, necesitaba una ducha fría.
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Revelations
Random¿Creen en la magia? Puede que yo sí, un poco. Rue Williams no creía en la magia, pero por sucesos que fueron ocurriendo en su día a día, la hizo cambiar de opinión. Porque en esta historia habrá mucha, mucha fantasía, más de la que podrían procesar...